El valor de la amistad y la diversidad
Había una vez dos amigas muy especiales llamadas Juanita y Carlita. Juanita era una niña morena, de ojos negros brillantes, mientras que Carlita tenía hermosos cabellos rizados rubios. Eran inseparables y siempre se divertían juntas.
Un día, mientras jugaban en el parque, empezaron a discutir por el color de piel.
Juanita decía que ser morena era mejor porque podía broncearse fácilmente bajo el sol, mientras que Carlita afirmaba que ser rubia le daba un aspecto único y especial. La discusión se fue intensificando hasta que ambas comenzaron a pelearse, soltando palabras hirientes sobre su apariencia física. Los demás niños del parque se quedaron mirándolas sorprendidos y tristes por ver a sus amigas peleando.
De repente, apareció la abuela de Juanita quien había estado observando todo desde lejos.
Se acercó a ellas con una sonrisa en su rostro y les dijo: "Mis queridas niñas, ¿saben qué es lo más importante en la vida? No importa si tienen la piel morena o rubia. Lo que realmente importa es lo maravillosas personas que son por dentro".
Juanita y Carlita se miraron con tristeza al darse cuenta de cómo habían dejado que algo tan superficial como el color de piel arruinara su amistad. Se abrazaron llorando y prometieron no volver a pelear nunca más.
A partir de ese momento, las dos amigas decidieron aprender más sobre la diversidad cultural y racial para comprender mejor las diferencias entre las personas. Juntas investigaron sobre diferentes culturas, tradiciones y costumbres alrededor del mundo. Un día, mientras jugaban en la biblioteca del colegio, encontraron un libro lleno de cuentos de hadas de diferentes países.
Emocionadas, se sentaron a leerlo juntas. Descubrieron que había historias maravillosas sobre princesas morenas y rubias, todas ellas igualmente hermosas y valientes. Eso les hizo darse cuenta de que el color de piel no define quiénes somos ni nuestra belleza interior.
Juanita y Carlita aprendieron a apreciar sus diferencias y a valorar su amistad por encima de todo.
Desde aquel día, las dos amigas se convirtieron en defensoras de la diversidad e invitaban a todos los niños a aceptarse y quererse tal como eran. Juntos organizaron eventos en su colegio para celebrar la multiculturalidad y promover el respeto entre todos los estudiantes.
Y así fue como Juanita y Carlita entendieron que lo más importante es ser buenas personas, sin importar el color de piel o cualquier otra característica física. Aprendieron a abrazar la diversidad y vivieron felices siendo grandes amigas para siempre.
FIN.