El valor de la asertividad
En una escuela muy especial, llena de diversidad, vivían muchos niños y niñas de diferentes lugares y culturas. Allí, en medio de risas y juegos, también había momentos de tristeza e injusticia. En una de esas situaciones, Juan, un niño nuevo en la escuela, estaba siendo discriminado por un grupo de compañeros. Ellos se burlaban de su acento y sus costumbres, haciéndolo sentir muy triste.
Pero un día, llegó a la escuela Sofía, una niña valiente y asertiva, que no le tenía miedo a enfrentar las injusticias. Sofía se acercó a Juan y le dijo: "Hola, soy Sofía, ¿te gustaría jugar conmigo?"
Juan, con un poco de desconfianza, aceptó la invitación. A medida que pasaban los días, Sofía y Juan se volvieron amigos, y juntos, enfrentaron las burlas y discriminaciones con asertividad. Cada vez que alguien se burlaba de Juan, ellos respondían con firmeza pero respeto, explicando que todos somos diferentes y eso nos enriquece como personas.
Poco a poco, otros niños y niñas se sumaron a esta lucha por la convivencia pacífica y respetuosa. Sofía y Juan enseñaron a sus compañeros que la asertividad es clave para hacer frente a las injusticias, y que el diálogo y la empatía son fundamentales para construir un ambiente escolar inclusivo. La directora de la escuela, al ver el cambio positivo que estaban generando, decidió organizar charlas y actividades para promover la asertividad y la convivencia respetuosa entre todos los estudiantes.
Finalmente, la escuela se convirtió en un lugar donde la diversidad era valorada y respetada, y donde cada niño y niña se sentía seguro siendo quien era. Juan y Sofía, con su valentía y asertividad, habían logrado cambiar el rumbo de la escuela, enseñando a todos que el respeto y la empatía son el camino hacia la convivencia pacífica y armoniosa.
FIN.