El valor de la diversidad


En la escuela Primavera, todos los niños estaban emocionados por el inicio del nuevo año escolar. Entre ellos se encontraba Lucas, un niño de baja estatura que siempre era objeto de burlas por parte de algunos compañeros.

Siempre le decían cosas hirientes como 'enano' o 'pequeñín'. A pesar de que Lucas intentaba no prestarles atención, cada burla lastimaba su corazón. Un día, durante el recreo, Lucas se sentía especialmente triste y se refugió en un rincón del patio.

En ese momento, su amigo Tomás, quien siempre había sido testigo de las burlas hacia Lucas, se acercó preocupado. "¿Qué te pasa, Lucas?" preguntó Tomás.

Lucas, con la mirada baja, le contó a Tomás lo mal que se sentía por las constantes burlas. Tomás sintió una mezcla de tristeza y enojo al escuchar a su amigo. Al día siguiente, durante una asamblea en la escuela, Tomás pidió permiso para hablar frente a todos.

Al tomar la palabra, miró a sus compañeros con determinación y les dijo: "Estoy harto de ver cómo algunos de ustedes se burlan de Lucas por ser bajito. Eso no está bien. Cada uno de nosotros es diferente y eso es lo que nos hace especiales.

No importa si somos altos, bajitos, gorditos o flaquitos, todos merecemos respeto. No podemos permitir que alguien sea lastimado por su apariencia. Todos merecemos ser tratados con amabilidad y comprensión".

Sus compañeros escucharon atentamente las palabras de Tomás y poco a poco, reflexionaron sobre sus acciones. Desde ese día, las burlas hacia Lucas cesaron por completo y todos aprendieron a valorar la diversidad. Lucas se sintió más feliz y confiado, sabiendo que sus compañeros habían entendido la lección.

Él sabía que, aunque sea pequeño, tenía un amigo valiente que lo defendía. Y juntos, continuaron disfrutando de su amistad y de la escuela, donde la diversidad era vista como un tesoro que enriquecía sus vidas.

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