El valor de la educación


Había una vez tres amigos muy unidos: Alan, Fernando y Rosa. Todos los días iban juntos a la escuela, compartiendo risas y aventuras en el camino.

Pero un día, mientras caminaban hacia la escuela, se encontraron con un señor muy sucio y desaliñado que se hacía llamar Mugrosin. - ¡Hola, niños! -dijo Mugrosin con una sonrisa maliciosa-. ¿A dónde creen que van tan temprano? Alan, Fernando y Rosa se miraron entre sí con curiosidad.

No estaban acostumbrados a ver a alguien tan sucio y extraño en su vecindario. - Vamos a la escuela, señor -respondió Alan con amabilidad-. Es importante para nosotros aprender cosas nuevas cada día.

Mugrosin soltó una carcajada burlona y les dijo:- ¡Tonterías! La escuela no sirve para nada. Yo nunca fui a la escuela y mira lo fuerte e inteligente que soy. Deberían quedarse conmigo y olvidarse de esas tonterías de libros y maestros aburridos.

Los tres amigos intercambiaron miradas preocupadas. Aunque las palabras de Mugrosin sonaban tentadoras, algo en su actitud les hizo dudar. - Gracias por tu oferta, señor -dijo Rosa con valentía-, pero preferimos seguir adelante con nuestra educación.

Creemos que es importante para nuestro futuro. Mugrosin frunció el ceño y trató de convencerlos una vez más, pero los tres amigos se mantuvieron firmes en su decisión de ir a la escuela.

Decidido a detenerlos, Mugrosin bloqueó el camino con ramas y piedras; sin embargo, Alan usó sus habilidades para resolver problemas y encontraron juntos una forma de sortear los obstáculos. Finalmente llegaron a la escuela justo a tiempo para las clases.

Mientras estaban sentados en sus pupitres, reflexionaron sobre lo ocurrido en el camino. - Estoy orgullosa de ustedes por no dejarse engañar por las palabras vacías de ese hombre malintencionado -dijo la maestra con una sonrisa-.

La educación es un tesoro invaluable que nadie puede quitarnos si estamos decididos a perseguir nuestros sueños. Desde ese día en adelante, Alan, Fernando y Rosa siguieron asistiendo felices a la escuela cada mañana.

Aprendieron que tenían el poder de tomar decisiones sabias e inteligentes para construir un futuro brillante lleno de oportunidades gracias al conocimiento adquirido en las aulas.

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