El valor de la empatía



En la escuela Primavera, los niños Amarizol, Rusoa, Javier, Lucía, Luciana, Josefina y Pablo disfrutaban de sus clases con el profesor Máximo, un hombre amable y divertido.

Un día, mientras la maestra observaba un programa educativo en el aula, los niños murmuraban emocionados sobre la fiesta que tendrían luego de clases. De repente, Luciana propuso una broma para gastarle al profesor Máximo. Los demás niños asintieron con entusiasmo.

Sin embargo, Amarizol recordó las enseñanzas de su madre sobre la empatía y decidió hablar con sus amigos. - 'Chicos, ¿realmente creen que es correcto hacer una broma al profesor Máximo? Él siempre nos trata con respeto y nos enseña tantas cosas interesantes. No me parece justo burlarnos de él.'

Los demás niños reflexionaron sobre las palabras de Amarizol y cambiaron de opinión, decidiendo no llevar a cabo la broma. Mientras tanto, en el comedor, la chica encargada de la música empezó a tocar la popular canción 'Just Dance'.

Amarizol, recordando lo mucho que extrañaba a su mamá, se sintió triste e comenzó a cantar en voz baja. Al notar su incomodidad, Rusoa le tapó la boca y le preguntó qué sucedía. - 'Extraño mucho a mi mamá', confesó Amarizol.

Rusoa, comprensivo, lo abrazó y le dijo: 'Lo entiendo. A veces todos extrañamos a alguien especial. ¿Y si cantamos juntos para sentirnos mejor?' Amarizol asintió y, con el apoyo de sus amigos, comenzó a cantar alegremente.

Mientras tanto, el profesor Pablo, al notar la canción, se les unió y bailaron todos juntos. Después de la clase, los niños encontraron a la chica del comedor y le agradecieron por tocar su canción favorita.

Luego, se dirigieron al aula donde el profesor Máximo les informó que habría una función en la que todos podrían cantar y bailar.

Los niños se sintieron emocionados y, gracias a la empatía de Amarizol, aprendieron que el respeto y la comprensión son importantes en las relaciones humanas, incluso en situaciones divertidas.

FIN.

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