El valor de la honestidad


En el colegio "Rayitos de Sol", había un niño llamado Tomás que siempre se destacaba por ser muy honesto. Desde pequeño, sus padres le enseñaron la importancia de decir la verdad y ser íntegro en todo momento.

Un día, durante el recreo, Tomás encontró una billetera tirada en el suelo. Al abrirla, vio que dentro había dinero y una tarjeta de identificación con el nombre de Martín, uno de sus compañeros de clase.

Tomás sabía que debía devolverla, pero también escuchó a algunos chicos hablar sobre quedarse con el dinero. Tomás decidió ir a buscar a Martín para devolverle la billetera. Cuando lo encontró, Martín estaba preocupado buscando por todas partes su billetera perdida.

Al ver a Tomás acercarse con ella en la mano, Martín no podía creerlo. "¡Tomás! ¡Gracias por encontrar mi billetera! ¿Está todo ahí adentro?", preguntó Martín emocionado. "Sí, está todo tal como la encontré.

Quise asegurarme de devolvértela porque sé lo importante que es", respondió Tomás con una sonrisa sincera. Martín quedó impresionado por la honestidad de Tomás y le agradeció sinceramente.

A partir de ese día, los dos chicos se volvieron amigos inseparables en el colegio "Rayitos de Sol". Sin embargo, la historia no terminaría ahí. Un mes después del incidente con la billetera, durante una excursión al zoológico organizada por el colegio, ocurrió algo inesperado.

Mientras todos los alumnos estaban disfrutando del recorrido entre los animales exóticos, se desató un pequeño caos cuando se perdió un niño del grupo. Las maestras contaron rápidamente a todos los niños para asegurarse de que estuvieran presentes y seguros.

Fue entonces cuando notaron que faltaba uno: Juanito, un niño tímido y callado que solía estar siempre solo. El pánico comenzó a apoderarse del grupo mientras las maestras buscaban desesperadamente a Juanito por todo el zoológico.

Fue entonces cuando Tomás recordó cómo se sintió Martín cuando perdió su billetera y decidió actuar. "¡Yo sé dónde puede estar Juanito!", exclamó Tomás ante la sorpresa de todos.

Sin dudarlo un segundo más, guió al grupo hacia una zona apartada del zoológico donde recordaba haber visto a Juanito jugando solo cerca de los monos antes del incidente. Y allí estaba Juanito sentado en silencio observando alegremente a los monos mientras comían plátanos.

Todos respiraron aliviados al verlo sano y salvo gracias a la astucia y honradez de Tomás.

Desde ese día en adelante, tanto en momentos pequeños como grandes dentro del colegio "Rayitos de Sol", todos aprendieron lo valioso que es ser honesto y solidario unos con otros gracias al ejemplo viviente que era Tomás para todos ellos.

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