El valor de la perseverancia
Guido y sus amigos estaban muy emocionados por el partido de fútbol que iban a jugar. Habían entrenado duro durante toda la semana y estaban listos para dar lo mejor de sí en la cancha.
El partido comenzó con mucha intensidad, ambos equipos se defendían bien y no había goles. Pero luego, el equipo contrario logró marcar un gol y eso desanimó un poco a Guido y sus amigos.
"No podemos perder ahora, tenemos que seguir luchando", dijo Guido tratando de motivar a su equipo. Pero las cosas empeoraron cuando el otro equipo marcó tres goles más. La tristeza invadió los rostros de los jugadores, parecía que todo estaba perdido.
"Ya está, perdimos", dijo uno de los jugadores con resignación. Pero Guido no estaba dispuesto a darse por vencido tan fácilmente. Él sabía que todavía podían hacer algo para cambiar el resultado del partido.
"Chicos, aún podemos ganar esto si nos esforzamos al máximo", dijo Guido con determinación. Sus amigos lo miraron incrédulos al principio, pero luego se contagiaron de su entusiasmo y volvieron a la carga. Y así fue como lograron marcar un gol gracias a una jugada impresionante de Guido.
La alegría volvió al campo después del gol anotado por ellos. Ellos creyeron nuevamente en sí mismos e hicieron todo lo posible para conseguir otra anotación más; sin embargo no pudieron lograrlo antes del final del partido.
A pesar de haber perdido 4-1, Guido les recordó a sus amigos que habían dado lo mejor de sí mismos y eso era lo más importante. Les dijo que debían estar orgullosos de su esfuerzo y no dejarse vencer por la derrota.
"Hoy perdimos, pero mañana vamos a ganar", dijo Guido con una sonrisa en el rostro.
Y así fue como Guido y sus amigos aprendieron que el fútbol no se trata solo de ganar o perder, sino de dar lo mejor de uno mismo y disfrutar del juego. Aprendieron que nunca deben rendirse ante las adversidades y siempre deben seguir luchando hasta el final.
FIN.