El Valor de la Princesa Valeria
Había una vez, en un reino lejano llamado Arandor, una princesa llamada Valeria. No era una princesa común: a diferencia de las demás, a Valeria le encantaba practicar esgrima y montar a caballo. Su padre, el rey Felipe, estaba orgulloso de tener una hija tan valiente. Pero un día, todo cambió.
Una mañana, mientras Valeria entrenaba en el campo, un mensajero arribó apresuradamente al castillo. "¡Reina, tenemos un grave problema! Un dragón ha aparecido en las montañas y ha comenzado a aterrorizar a los aldeanos!"-
El rey Felipe frunció el ceño. "¿Un dragón? No podemos permitir que siga causando estragos. Necesitamos un plan y pronto!"-
Valeria, escuchando desde lejos, se acercó. "Padre, puedo ayudar. He entrenado toda mi vida para ser guerrera. Deberíamos ir en grupo a enfrentarlo!"-
El rey lo pensó, pero luego respondió. "Hija, esto es peligroso. No quiero que te pongas en riesgo."-
Valeria, decidida, no se rindió. "¡Por favor, déjame intentarlo! Este reino es mi hogar y lo protegeré."-
Finalmente, después de muchas discusiones, el rey accedió. "Está bien, pero irás acompañada por el valiente caballero Alan. Él te ayudará en la misión."-
Valeria sonrió con gratitud y, al día siguiente, se preparó para la aventura. Se armó con su espada reluciente, un escudo resistente, y se despidió de su familia. "¡Prometo regresar sana y salva!"-
Antes de partir hacia las montañas, Valeria y Alan se encontraron con el pueblo, donde todos estaban asustados por el dragón.
"¡Ten cuidado, princesa!"- le susurró una madre a su hijo. "Los dragones son criaturas temibles."-
Valeria, con una sonrisa serena, les respondió. "No se preocupen, haremos todo lo posible por protegerlos. ¡Su valentía nos fortalecerá!"-
Cuando llegaron a las montañas, los dos amigos comenzaron a buscar al dragón.
"Debemos ser astutos, Valeria. No sabemos qué esperar."- dijo Alan, con un tono de preocupación. "Sí, pero juntos podemos enfrentar cualquier cosa. ¡Sigamos adelante!"-
Después de horas de búsqueda, encontraron la cueva del dragón. Era enorme y oscura.
"¿Y ahora qué hacemos?"- preguntó Alan, temblando un poco.
"Debemos entrar y averiguar qué está pasando. Hay que ser valientes, Alan. Aún no hemos visto al dragón, quizás no sea tan malo como dicen."-
Con cada paso, el eco resonaba por las paredes de la cueva. De repente, un rugido aterrador retumbó. Un gran dragón apareció ante ellos, sus ojos brillaban como llamas. Sin embargo, Valeria no mostró miedo.
"¡Simón, dragón!"- dijo Valeria con voz firme. "Sólo queremos hablar contigo. No estamos aquí para luchar!"-
El dragón, sorprendido por la valentía de la princesa, respondió. "¿Hablar? Nunca nadie quiere hablarme. Todos me temen y tratan de atacarme. Por eso estoy enojado y asusto a los aldeanos. ¡Solo quiero amigos!"-
Valeria, sintiendo una conexión con el dragón, se acercó un poco más. "No tienes que tener miedo, querido dragón. A veces la gente no comprende tu tristeza. Cada una de tus acciones tiene un motivo. ¿Por qué estás tan solo?"-
El dragón suspiró. "Mi nombre es Drakon. He estado solo por mucho tiempo y no sé cómo hacer amigos. Por eso aterroricé a los humanos. Pensé que así me dejarían en paz, pero ahora entiendo que he hecho daño."-
Valeria, comprensiva, dijo. "No es tarde para cambiar, Drakon. Podemos ayudarte a encontrar amigos. Si prometes no asustar más a los aldeanos, te llevaremos al pueblo. Te enseñaremos a ser parte de nuestra comunidad"-
Drakon cayó pensativo, luego asintió con la cabeza. "Déjenme intentarlo, quiero ser parte de su mundo."-
Valeria y Alan, esperanzados, guiaron a Drakon hacia el pueblo. Al principio, los aldeanos estaban aterrados al verlo, pero Valeria se puso frente a ellos. "¡Por favor, escúchenme! Les traigo a un nuevo amigo. Drakon solo quiere ser parte de nuestra comunidad. No tengan miedo, aprendamos a convivir juntos"-
Los aldeanos miraron a la princesa con expectación. Ella continuó: "Si nos unimos, podemos enseñar a Drakon que ser diferente no es un problema, y Drakon puede protegernos y ayudarnos cuando lo necesitemos. ¡Juntos seremos más fuertes!"-
Finalmente, los aldeanos aceptaron la propuesta de la valiente princesa. Con el tiempo, Drakon se convirtió en un héroe del reino, ayudando a los aldeanos a cultivar la tierra y protegiéndolos de cualquier peligro.
"¡Gracias, Valeria! Nunca supe que la amistad podía ser tan poderosa!"- dijo Drakon con alegría.
"A veces, solo necesitamos un poco de valentía para abrir nuestros corazones. ¡Ahora somos una gran familia!"- respondió Valeria, sonriendo.
Desde entonces, el reino de Arandor se transformó en un lugar donde humanos y dragones vivían en armonía. La princesa Valeria demostró que la valentía y la comprensión pueden cambiar el destino, creando lazos que perduran para siempre. Y así, tanto el reino como Drakon aprendieron que todos somos diferentes, pero eso es lo que nos hace especiales. Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.
FIN.