El valor de la prudencia
Había una vez en un bosque encantado, un grupo de animalitos que vivían felices y en armonía. Entre ellos se encontraba Mateo, un pequeño conejito muy curioso y travieso que siempre estaba buscando nuevas aventuras.
Un día, mientras exploraba el bosque, Mateo se adentró en una zona peligrosa donde habitaba el temible zorro Fierro. El zorro era conocido por ser astuto y peligroso, pero Mateo, confiado en su valentía, decidió enfrentarse a él.
Al ver al conejito acercarse, el zorro Fierro mostró sus afilados dientes y gruñó: "¿Qué haces aquí, pequeño conejo? Este es mi territorio y no permitiré intrusos". Mateo tragó saliva pero mantuvo la calma. "-Soy Mateo, el conejito más valiente del bosque.
No tengo miedo de ti, zorro Fierro", respondió con determinación. El zorro Fierro soltó una carcajada amenazante y se abalanzó sobre Mateo. El conejito corrió velozmente entre los árboles esquivando los intentos del zorro por atraparlo.
Finalmente, logró despistar al depredador y escapar sano y salvo. Después de esa experiencia cercana a la tragedia, Mateo reflexionó sobre la importancia de escuchar las advertencias de los demás y no meterse en lugares peligrosos sin necesidad.
Aprendió que la valentía no consiste en buscar problemas sino en saber cómo evitarlos inteligentemente. Con esta lección aprendida, Mateo regresó al hogar de sus amigos animales y les contó emocionado su aventura con el zorro Fierro.
Todos lo felicitaron por su valentía pero también le recordaron que es fundamental ser prudente para mantenerse a salvo. Desde ese día en adelante, Mateo siguió siendo tan curioso y travieso como siempre, pero ahora también era más sabio y cauteloso en sus decisiones.
Y así continuaron viviendo todos juntos en armonía en el hermoso bosque encantado donde cada día era una nueva aventura llena de enseñanzas para aprender.
FIN.