El valor de la unidad



. Alex estaba en su casa, sentado en el sillón y disfrutando de su programa favorito cuando escuchó un sonido extraño. Fue como si alguien hubiera disparado una pistola al aire libre.

- ¿Qué fue eso? -preguntó Alex a su mamá, que estaba cocinando en la cocina. - No lo sé, hijo. Tal vez solo fue algún petardo o algo así -respondió ella tranquilamente.

Pero entonces, escucharon más sonidos: gritos y explosiones que venían de afuera de la casa. Alex se asustó mucho. - Mamá, ¿qué está pasando? -preguntó tembloroso. Antes de que pudiera responderle, alguien golpeó fuertemente la puerta principal. - ¡Abre! ¡Rápido! -gritaba una voz masculina del otro lado.

La mamá de Alex corrió hacia la puerta para abrirla. Afuera había un hombre grande y musculoso vestido con uniforme militar y armado con un fusil. - Tenemos que irnos ahora mismo, señora.

La guerra ha empezado y ustedes no están seguros aquí -dijo el hombre con seriedad-. Yo me encargo de llevarlos a un lugar seguro. La mamá de Alex vaciló por un momento, pero luego decidió confiar en el soldado desconocido para proteger a su familia.

Agarraron algunas cosas rápidamente y siguieron al soldado fuera de la casa hacia una camioneta militar estacionada en la calle cercana.

El viaje fue largo e incierto; cada vez podían ver más personas huyendo del conflicto armado mientras se dirigían hacia algún lugar seguro. Cuando llegaron a la base militar, Alex estaba más asustado que nunca. Jamás había estado en medio de una situación como esa. - ¿Qué va a pasar ahora? -preguntó con miedo.

El soldado le sonrió amablemente y se agachó para estar a su altura. - Mira, sé que esto es muy difícil para ti. Pero quiero que sepas algo: aquí estamos todos juntos luchando por un bien mayor.

Todos somos parte de un equipo y cada uno tiene un papel importante que desempeñar en esta guerra. Incluso tú puedes hacer una diferencia si te mantienes fuerte y haces lo correcto -le dijo el soldado con sabiduría.

Las palabras del hombre hicieron eco en la mente de Alex mientras pasaban los días y las semanas en la base militar. Aprendió mucho sobre el trabajo en equipo, la disciplina, el valor y la resiliencia al enfrentar situaciones difíciles.

Y aunque extrañaba su casa y su vida normal, también comenzó a sentirse parte de algo mucho más grande e importante. Finalmente, después de meses de entrenamiento duro, llegó el día del gran ataque contra las fuerzas enemigas.

La tensión era palpable mientras los soldados se preparaban para salir al campo de batalla. - Recuerden: ustedes son los mejores guerreros que tenemos. Confiamos plenamente en ustedes para ganar esta batalla -dijo el líder del ejército antes del inicio del combate.

Alex sintió cómo su corazón latía con fuerza dentro de su pecho mientras avanzaban hacia sus objetivos asignados junto a sus compañeros soldados.

Había momentos peligrosos e inciertos durante la batalla; pero él confiaba en sus habilidades y en el apoyo de su equipo. Finalmente, cuando la lucha terminó, Alex se sintió agotado pero también muy feliz. Habían logrado vencer al enemigo gracias al trabajo duro y a la perseverancia. - Lo hicimos -dijo sonriendo mientras se abrazaba con sus compañeros soldados-.

Juntos somos invencibles. A partir de ese momento, Alex supo que había aprendido algo valioso e importante sobre el valor del trabajo en equipo y la resiliencia ante situaciones difíciles.

Y aunque nunca olvidaría lo aterrador que fue estar atrapado en medio de una guerra, también sabía que había encontrado una fuerza interior que nunca había conocido antes.

FIN.

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