El valor de la verdadera belleza



Había una vez, en un hermoso valle, tres cabritas traviesas que vivían con su cariñosa mamá.

Un día, la mamá cabra tuvo que salir a buscar comida y les advirtió a sus hijos: 'Cuidado con el lobo, no abran la puerta a nadie mientras yo no esté'. Las cabritas asintieron con seriedad, prometiendo cuidarse entre ellas. Sin embargo, mientras la mamá estaba afuera, una de las cabritas, llamada Lola, se miró en el espejo por primera vez en mucho tiempo.

Al ver su reflejo, notó que tenía rasguños y heridas en su delicada piel. Al sentirse herida, lastimada y diferente, comenzó a llorar, y sus hermanos, al verla así, también sintieron sus heridas y empezaron a llorar desconsoladamente.

El llanto se extendió por toda la casa, atrayendo la atención del astuto lobo que acechaba cerca. '¡Ahora es mi oportunidad!', pensó el lobo con una malévola sonrisa en su rostro, acercándose sigilosamente a la casa de las cabritas.

FIN.

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