El valor de las cosas realmente importantes




En una pequeña y colorida casa en el barrio de Villa del Sol vivía Tomás, un niño inquieto y travieso.

Tomás siempre quería tener lo último en juguetes, videojuegos y ropa, y no paraba de pedirle a sus padres que le compraran todo lo que veía en la televisión o en las tiendas.

- Mamá, papá, por favor, ¡necesito esa nueva consola de videojuegos! Todos mis amigos la tienen ¡y yo quiero ser como ellos! - pedía Tomás cada vez que veía un anuncio de televisión. Sus padres, preocupados por la actitud caprichosa de su hijo, decidieron hablar seriamente con él.

- Tomás, entendemos que te gustaría tener cosas nuevas, pero es importante valorar lo que ya tienes y aprender a esperar para conseguir algo que realmente deseas. No todo en la vida se trata de tener lo último en moda o tecnología - le explicaron sus padres.

Pero Tomás no quería escuchar razones, estaba decidido a conseguir lo que quería. Un día, mientras paseaba por el parque, Tomás se encontró con un anciano que vendía juguetes de madera hechos a mano.

El anciano le mostró un hermoso trompo de colores y le dijo: - Este trompo es especial, no necesita pilas ni cables, solo tus manos y un poco de destreza. Tomás, curioso, decidió comprarlo con un poco de su dinero.

Al llegar a casa, comenzó a jugar con el trompo y se dio cuenta de lo divertido que era y lo bien que se sentía al haberlo conseguido con su esfuerzo. Poco a poco, Tomás fue dándose cuenta de que las cosas simples también pueden ser maravillosas.

Comenzó a disfrutar del patio de su casa, a leer más libros y a utilizar su imaginación para divertirse.

Sus padres, felices de ver el cambio en su actitud, le dijeron: - Tomás, el valor de las cosas no está en su precio o en su modernidad, sino en el significado y el cariño que les ponemos. A veces, lo más importante no se puede comprar.

Desde ese día, Tomás aprendió a valorar lo que tenía, a ser agradecido por las pequeñas cosas y a entender que la felicidad no depende de tener lo último en tendencias, sino de disfrutar de momentos especiales con las personas que queremos.

FIN.

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