El Valor de Machaca


Erase una vez un niño llamado Machaca, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Desde que tenía memoria, la gente siempre lo llamaba —"negro"  por el color de su piel.

Aunque le dolía escucharlo, Machaca nunca dejó que eso lo afectara. Un día, mientras caminaba por el mercado del pueblo, se encontró con un viejo sabio llamado Don Pampa. Don Pampa era conocido por sus historias inspiradoras y su sabiduría infinita.

Machaca decidió acercarse a él y contarle sobre cómo se sentía cuando la gente le decía —"negro" . Don Pampa escuchó atentamente y sonrió amablemente. Luego dijo: "Machaca, las palabras pueden lastimar, pero solo si les das poder sobre ti mismo.

Eres mucho más que tu apariencia externa". Machaca quedó perplejo ante estas palabras y preguntó: "¿Cómo puedo cambiar la forma en que me siento?"Don Pampa respondió: "La verdadera belleza proviene del interior.

Deja que tus acciones hablen por ti". Inspirado por las palabras del sabio, Machaca decidió demostrarles a todos quién era realmente.

Comenzó a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio: recogía basura de las calles, ayudaba a los ancianos con sus compras y compartía su merienda con aquellos que no tenían suficiente para comer. A medida que pasaban los días, la actitud de la gente hacia él comenzó a cambiar lentamente.

Ya no solo lo veían como "el negro", sino como alguien generoso y amable. Un día soleado, Machaca se encontró con un grupo de niños que solían burlarse de él.

El líder del grupo, llamado Nacho, se acercó y dijo: "Oye Machaca, hemos estado observando cómo te comportas últimamente y queremos disculparnos por la forma en que te tratamos antes". Machaca sonrió y respondió: "Gracias por tus palabras, Nacho. Pero lo importante es que ahora todos podemos ser amigos".

Desde ese día, Machaca y Nacho se convirtieron en los mejores amigos. Juntos, organizaron actividades para ayudar a su comunidad y enseñaron a otros niños sobre el valor de la amistad y la aceptación. La historia de Machaca se extendió más allá del pequeño pueblo.

Las personas comenzaron a admirarlo por su bondad y valentía para superar las adversidades. Con el tiempo, el apodo de —"negro"  desapareció por completo.

Ahora solo era conocido como Machaca: el niño amable y generoso que había cambiado la forma en que las personas veían al mundo.

Y así, gracias a su actitud positiva e inspiradora, Machaca demostró que no importa cómo te llamen o qué aspecto tengas; lo único importante es cómo tratas a los demás y cómo eliges vivir tu vida. Desde aquel día en adelante, nadie volvió a referirse a él como "el negro". En cambio, todos lo conocieron como —"Machaca" , un nombre lleno de significado propio.

Y así termina esta historia sobre un niño valiente que aprendió a no dejarse definir por las palabras de los demás y descubrió su verdadero valor interior. Una lección poderosa para todos nosotros, sin importar nuestra apariencia o nombre.

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