El valor de Martín



Érase una vez en la escuela "El Colibrí", ubicada en una ciudad de México, un maestro llamado Martín.

Martín era un profesor joven y apasionado por la enseñanza, pero estaba muy asustado por los cambios que se estaban implementando en la nueva escuela mexicana y por la evaluación formativa que debía realizar con sus alumnos.

Una mañana, mientras preparaba su clase de matemáticas, Martín recibió la visita de su colega Sofía, una maestra experimentada que siempre lo apoyaba en los momentos difíciles. "Hola Martín, ¿cómo estás? Veo que estás algo preocupado", dijo Sofía con una sonrisa amable.

Martín suspiró y le contó a Sofía sobre sus miedos y temores ante la nueva forma de evaluar a los alumnos y cómo eso estaba afectando su confianza como docente. "No te preocupes Martín, entiendo tus inquietudes. Pero recuerda que la evaluación formativa es una herramienta para ayudar a nuestros alumnos a aprender mejor.

¡Y tú eres un excelente maestro! Confía en ti mismo", respondió Sofía con ternura. Animado por las palabras de su amiga, Martín decidió enfrentar sus miedos y dar lo mejor de sí en esa nueva etapa educativa.

Durante las clases, implementó dinámicas más interactivas y participativas para involucrar a todos los estudiantes.

Un día, durante una clase de ciencias naturales, uno de sus alumnos llamado Diego levantó tímidamente la mano y preguntó:"Profe Martín, ¿por qué las plantas necesitan luz solar para vivir?"Martín sonrió emocionado al ver el interés de Diego por aprender y explicó detalladamente el proceso de fotosíntesis. Todos los alumnos prestaron atención y participaron activamente en la discusión.

Al finalizar la clase, Diego se acercó a Martín con una sonrisa radiante y le dijo:"¡Gracias profe! Ahora entiendo mucho mejor cómo funcionan las plantas. "Martín sintió un cálido sentimiento de satisfacción al ver el progreso de sus alumnos gracias a la evaluación formativa.

Se dio cuenta de que no debía tener miedo al cambio, sino abrazarlo como una oportunidad para crecer como profesional. Desde ese día, Martín continuó inspirando a sus alumnos con pasión y dedicación, convirtiéndose en un referente para toda la comunidad educativa de "El Colibrí".

Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda: ¡la valentía y confianza en uno mismo pueden llevarnos muy lejos!

FIN.

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