El valor de Pelusa



Érase una vez en un pequeño pueblo de Argentina, vivía Aron, un chico muy tímido que se llamaba así por su amor a la naturaleza y a los animales.

A pesar de tener compañeros en la escuela, Aron prefería estar en casa con su gato, al que había nombrado Pelusa, ya que era el único con quien se sentía realmente cómodo.

Un día, mientras Aron paseaba por el parque con Pelusa en brazos, vio a un grupo de niños jugando al fútbol. Le encantaría unirse a ellos, pero su timidez le impedía acercarse. Suspiró y siguió caminando hasta llegar a la plaza del pueblo.

"¿Por qué no puedo ser más valiente como tú, Pelusa?" -susurró Aron mientras acariciaba a su gato. Pelusa simplemente ronroneó y se restregó contra su mejilla, como si quisiera consolarlo.

En ese momento, Aron tuvo una idea brillante: ¿y si intentaba imitar la valentía de Pelusa? Decidió poner en práctica su plan al día siguiente. Cuando vio nuevamente a los niños jugando al fútbol en el parque, respiró hondo y se acercó lentamente hacia ellos con Pelusa en brazos. "Hola chicos...

¿puedo unirme a ustedes?" -preguntó tímidamente Aron. Los niños lo miraron sorprendidos al principio, pero luego sonrieron y le dijeron que sí.

Así fue como Aron comenzó a jugar al fútbol con sus nuevos amigos gracias al coraje que había sacado imitando la valentía de su querido Pelusa. Con el tiempo, Aron se volvió más sociable y dejó atrás gran parte de su timidez gracias a las aventuras compartidas junto a sus amigos y siempre acompañado por Pelusa.

Descubrió que todos tenemos miedos pero también podemos encontrar fuerza dentro de nosotros mismos para superarlos. Y colorín colorado este cuento ha terminado, demostrando que incluso el chico más tímido puede encontrar valor cuando tiene el apoyo incondicional de quienes lo rodean.

¡Nunca subestimes tu propia valentía!

FIN.

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