El valor de seguir adelante


Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Un día, mientras jugaba cerca del bosque, se adentró más de lo que solía hacerlo y, sin darse cuenta, se perdió.

Sofía estaba asustada y sola en medio del bosque. No sabía cómo volver a su casa y comenzó a llorar.

Pero luego recordó algo importante que su mamá le había dicho: "si te pierdes en el bosque, sigue caminando siempre hacia la misma dirección". Así que decidió seguir caminando hacia adelante. Después de caminar durante un rato, encontró una pequeña cabaña en medio del bosque.

Se acercó con cautela para ver si alguien estaba allí y escuchó unos ruidos extraños desde dentro. Con miedo, decidió alejarse rápidamente de allí.

Mientras seguía caminando por el bosque, encontró a un zorro amistoso que la guió hasta un arroyo cercano donde pudo beber agua fresca y descansar sus pies cansados. El zorro le dijo: "No tengas miedo Sofía. Si sigues caminando siempre hacia adelante encontrarás tu camino".

Animada por las palabras del zorro, Sofía continuó su camino hasta llegar al pie de una montaña muy alta donde vio a lo lejos humo saliendo de una chimenea. Decidida a encontrar ayuda fue escalando poco a poco la montaña.

Cuando llegó finalmente a la cima vio una casa grande y hermosa rodeada por flores silvestres coloridas y un jardín lleno de vegetales y frutas. Se acercó a la puerta y llamó. "¡Hola! ¿Hay alguien en casa?"- preguntó Sofía tímidamente.

De repente, se abrió la puerta y apareció una señora mayor con una sonrisa amable en su rostro. Le preguntó a Sofía qué estaba haciendo sola en medio del bosque y ella le contó todo lo que había pasado. La señora le ofreció comida, agua fresca y un lugar para descansar.

También le dijo que conocía el camino hacia su pueblo y que la llevaría allí al día siguiente. Al día siguiente, después de desayunar juntas, la señora llevó a Sofía de regreso a su hogar.

Su mamá estaba muy preocupada por ella pero cuando vio que estaba sana y salva se sintió aliviada. Sofía aprendió una gran lección ese día: nunca debes tener miedo de pedir ayuda cuando te pierdes o estás en problemas.

Además, siempre debes seguir adelante sin rendirte hasta encontrar el camino correcto. Desde entonces, cada vez que iba al bosque recordaba las palabras del zorro: "si sigues caminando siempre hacia adelante encontrarás tu camino". Y así fue como Sofía nunca volvió a perderse otra vez.

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