El valor de ser auténtica


Había una vez una niña llamada Luisina que vivía en un pequeño pueblo. Era una niña muy alegre y divertida, pero tenía un problema: a veces tenía miedo de expresar sus emociones.

No importaba si estaba feliz, triste o enojada, siempre le daba temor mostrar lo que sentía. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, Luisina se encontró con su amiga Sofía.

Sofía era todo lo contrario a Luisina: siempre mostraba sus emociones sin ningún problema. Podías saber exactamente cómo se sentía solo mirándola. "Hola Luisina", saludó Sofía con una sonrisa en su rostro. Luisina respondió tímidamente: "Hola Sofi".

Sofía notó la tristeza en los ojos de su amiga y decidió preguntarle qué le pasaba. "¿Qué te pasa Luisi? Pareces triste hoy", dijo Sofi preocupada. Luisina bajó la mirada y susurró: "A veces me da miedo mostrar cómo me siento".

Sofi no entendía por qué alguien tendría miedo de expresar sus emociones, así que decidió ayudar a su amiga a superarlo. "Escucha Luisi, todos tenemos emociones y está bien sentirse de diferentes formas. No tienes que tener miedo de mostrar cómo te sientes. "Luisina asintió lentamente con la cabeza pero todavía parecía insegura.

Los días pasaron y Sofi siguió alentando a Luisina para que expresara sus emociones. Juntas hicieron juegos donde tenían que actuar diferentes sentimientos como felicidad, tristeza y enojo.

Poco a poco, Luisina comenzó a sentirse más cómoda mostrando sus emociones. Un día, en el colegio, el profesor anunció que habría un concurso de talentos. Todos los niños del pueblo podrían participar y mostrar sus habilidades especiales.

Sofi se emocionó mucho y le dijo a Luisina que deberían participar juntas. Luisina sintió un nudo en el estómago solo de pensarlo. No estaba segura si podría enfrentar a tanta gente y expresarse frente a ellos. "No sé si puedo hacerlo Sofi", dijo Luisina con voz temblorosa.

Sofi la miró con determinación y respondió: "Claro que puedes Luisi. Tienes tantas cosas maravillosas para mostrar al mundo". Con las palabras de Sofi resonando en su mente, Luisina decidió enfrentar su miedo.

Juntas practicaron un baile increíble que sorprendería a todos. Finalmente llegó el día del concurso de talentos. El escenario estaba lleno de luces brillantes y una multitud emocionada esperaba ansiosa por ver las actuaciones.

Cuando llegó su turno, Luisina respiró hondo y recordó las palabras de Sofi: "Tienes tantas cosas maravillosas para mostrar al mundo". Luisina subió al escenario junto a Sofi y comenzaron a bailar como nunca antes lo habían hecho.

Sus movimientos eran llenos de emoción y pasión, mostraban exactamente cómo se sentían en ese momento. La audiencia quedó fascinada por la actuación de las dos amigas. Al finalizar, fueron ovacionadas por todos los presentes.

Luisina se dio cuenta de que había superado su miedo y que expresar sus emociones no era algo de lo que debía avergonzarse. Desde ese día, nunca más tuvo miedo de mostrar cómo se sentía. Y así, Luisina aprendió una valiosa lección: todos tenemos emociones y está bien mostrarlas.

No hay nada más hermoso que ser auténtico y sincero con uno mismo. Desde aquel día, Luisina se convirtió en una niña segura de sí misma y siempre mostraba sus emociones sin temor alguno.

Y todo gracias a la ayuda y el amor incondicional de su amiga Sofi. Fin.

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