El Valor de Ser Yo



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Arcoiris, una adolescente llamada Clara. Clara era una chica de 14 años que siempre se sentía diferente a los demás. Tenía pocos amigos y, a menudo, se sentía insegura sobre sí misma. Su mayor miedo era ser rechazada. Ante cada comentario, cada mirada, sentía que no encajaba en ningún lugar.

Un lunes, mientras caminaba hacia la escuela, Clara vio un cartel en la puerta de la biblioteca: "Concurso de talentos: muestra lo que sabes hacer!". De inmediato, su corazón se aceleró, pero también se llenó de dudas.

"¿Y si me ridiculizan?"- pensó, recordando las veces que había sido objeto de burlas.

A la hora de almuerzo, Clara se sentó en su mesa habitual. El grupo de chicas populares, que siempre hacían bromas, estaban hablando del concurso.

"Me encantaría ver a cualquiera de ustedes subir al escenario. No creo que se atrevan!"- dijo Lucrecia, la líder del grupo. Clara miró su comida sin atrever a contestar.

Sin embargo, mientras su mente luchaba contra estos pensamientos, se recordó a sí misma una frase que su abuela le había dicho una vez: "El valor no es la ausencia de miedo, sino actuar a pesar de él". Entonces, decidió que iba a participar en el concurso.

Los días pasaron y Clara empezó a ensayar su acto: bailar. A pesar de que le gustaba, siempre había sentido que no era lo suficientemente buena. Pero, al hacerlo en privado, se sentía feliz. Se olvidaba de las miradas y las risas. No obstante, el miedo al rechazo la seguía acechando.

Finalmente, llegó el gran día. Clara se puso un vestido bonito y un lazo en su cabello. Se miró al espejo y se dijo a sí misma:

"Soy valiosa. No importa lo que piensen los demás".

Cuando llegó a la escuela, vio a sus compañeros sentados en el auditorio. La adrenalina y el miedo se apoderaron de su cuerpo, pero recordó las palabras de su abuela. Clara respiró hondo y decidió que no iba a dejar que su miedo la controlara.

Cuando fue su turno, sus piernas temblaban, pero dio un paso adelante. Miró al público y vio a Lucrecia sonriendo, pero esta vez no le importó. Clara comenzó a bailar. Al principio, estaba nerviosa, pero a medida que se movía, la música la envolvió. Se sintió libre, como si volara.

Cuando terminó su actuación, Clara escuchó aplausos. Miró a su alrededor y vio sonrisas. Hasta Lucrecia la aplaudía.

"No esperaba eso de vos, Clara. ¡Me encantó!"- le dijo Lucrecia al final del show. Clara se sorprendió, pero también se sintió orgullosa.

Durante la semana que siguió, Clara se volvió más segura. Participó en más actividades y comenzó a hacer nuevos amigos. Con la ayuda de su maestra de baile, desarrolló su pasión por el baile. Al final del año escolar, se dio cuenta de que había superado muchos de sus miedos.

En la última clase de baile, su maestra les dijo:

"Recorden, cada uno de ustedes tiene un talento único. No tengan miedo de mostrarlo. A veces, el mayor desafío no son otros, sino ustedes mismos".

Clara sonrió. Ella había aprendido que ser diferente no es algo negativo y que la verdadera valentía está en aceptarse a uno mismo. Al final, se dio cuenta de que el miedo al rechazo se disipa cuando eliges ser tú misma.

Y así, en Arcoiris, Clara se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, recordándoles a todos que la superación personal comienza desde adentro. Tal vez no siempre sea fácil, pero vale la pena, porque el valor de ser uno mismo es el mejor talento que se puede mostrar.

Fin.

FIN.

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