El valor de Sheyla
Había una vez una niña llamada Sheyla, que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Ella era una niña muy alegre y siempre tenía una sonrisa en su rostro.
Tenía muchos amigos y le encantaba jugar al aire libre. Un día, mientras caminaba por el parque con su perro Max, vio algo que la dejó sin palabras. Desde lejos vio a su enamorado, Lucas, abrazando a otra chica y riendo juntos.
Sheyla se quedó petrificada y no podía creer lo que veían sus ojos. Sheyla decidió acercarse para asegurarse de que lo que estaba viendo era real.
Cuando estuvo más cerca, pudo escuchar claramente la risa de Lucas y ver cómo besaba a la otra chica en la mejilla. El corazón de Sheyla se rompió en mil pedazos. Sin embargo, en lugar de confrontarlos o llorar frente a ellos, Sheyla decidió mantenerse fuerte y resolver el problema de manera inteligente.
Se fue del parque rápidamente antes de ser vista por Lucas y comenzó a planear qué hacer a continuación. Sheyla sabía que necesitaba hablar con alguien sobre lo que había visto.
Decidió ir a buscar consejo con su mejor amiga Sofía, quien siempre sabía cómo ayudarla cuando estaba triste o confundida. "Sofía, necesito tu ayuda", dijo Sheyla entre lágrimas cuando llegó a casa de su amiga. "Tranquila Shey, estoy aquí para ti", respondió Sofía abrazándola.
Sheyla le contó todo lo que había visto en el parque y cómo se sentía traicionada por Lucas. "Shey, lo más importante es que te cuides a ti misma. No mereces estar con alguien que no te respeta", dijo Sofía con determinación.
Sheyla pensó en las palabras de su amiga y se dio cuenta de que Sofía tenía razón. Se merecía algo mejor que alguien que la engañara y la hiciera sentir mal. Decidida a superar esta situación, Sheyla comenzó a enfocarse en sí misma.
Se inscribió en clases de pintura, algo que siempre había querido hacer pero nunca había tenido tiempo para ello. También se unió a un grupo de voluntarios para ayudar a los animales abandonados del pueblo.
Poco a poco, Sheyla empezó a sanar su corazón roto y encontró una nueva alegría en su vida.
A medida que pasaban los días, se dio cuenta de que era más fuerte de lo que pensaba y no necesitaba depender de un chico para ser feliz. Un día, mientras estaba en el parque pintando un hermoso paisaje, Sheyla escuchó una voz familiar detrás de ella. "Hola Shey, ¿puedo hablar contigo?", dijo Lucas tímidamente.
Sheyla se giró sorprendida pero decidió darle una oportunidad para explicarse. Lucas le contó cómo había cometido un error al engañarla y cómo se había dado cuenta de lo mucho que la extrañaba desde entonces.
Le pidió perdón sinceramente y le prometió serle fiel si ella le daba otra oportunidad. Después de escucharlo atentamente, Sheyla tomó una decisión valiente. "Lucas, aprecio tu disculpa pero me di cuenta durante este tiempo sin ti que puedo ser feliz por mi cuenta.
Me merezco a alguien que me valore y no me engañe. No creo que debamos estar juntos", dijo Sheyla con firmeza. Lucas se quedó sin palabras, pero respetó la decisión de Sheyla y se fue.
Sheyla volvió a su pintura con una sonrisa en el rostro, sabiendo que había tomado la mejor decisión para sí misma. Desde ese día, Sheyla siguió adelante con su vida llena de alegría y confianza en sí misma.
Aprendió que el amor propio es lo más importante y que no necesita depender de nadie más para ser feliz. Y así, Sheyla demostró al mundo entero que una decepción puede convertirse en una oportunidad para crecer y encontrar verdadera felicidad dentro de uno mismo.
FIN.