El valor de Sofía


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Sofía. Sofía era una niña alegre y curiosa, pero siempre pensaba que todos a su alrededor hablaban mal de ella.

Desde que se levantaba por la mañana hasta que se acostaba por la noche, esa idea no le abandonaba. Un día, mientras caminaba por el parque, escuchó a dos señoras conversando en voz baja.

Sofía sintió un nudo en el estómago y comenzó a pensar lo peor. "-¿Escuchaste lo de la niña Sofía? Dicen que es muy desordenada y maleducada", susurró una de las señoras. El corazón de Sofía se apretó con fuerza y decidió correr hacia su casa sin mirar atrás.

Esa noche, Sofía no podía conciliar el sueño. Se revolvía en la cama pensando en lo que había escuchado en el parque. Sin embargo, algo dentro de ella le decía que eso no podía ser verdad.

Al día siguiente, decidió hablar con su abuelita Clara, la persona más sabia que conocía. "-Abuelita Clara, ¿crees que todos hablan mal de mí?", preguntó Sofía con los ojos llenos de lágrimas.

La abuelita Clara tomó las manos de Sofía y le dijo con ternura: "-Querida Sofi, nunca debes creer todo lo que escuchas. Las palabras pueden lastimar, pero también pueden mentir. "Sofía reflexionó sobre las palabras de su abuelita durante todo el día.

Decidió enfrentar sus miedos y hablar directamente con las personas en lugar de dejar que los rumores la consumieran. Así fue como empezó a acercarse a sus compañeros de clase y vecinos para conocer sus verdaderas opiniones sobre ella.

Para su sorpresa, descubrió que todos tenían cosas positivas para decirle: que era amable, divertida e inteligente. Con cada nueva amistad construida, el peso en el corazón de Sofía se hizo más liviano hasta desaparecer por completo.

Comprendió entonces que los rumores eran solo eso: palabras vacías sin fundamento. Desde ese día en adelante, Sofía vivió felizmente sabiendo que no importa lo que otros digan sobre ella; lo importante es cómo se ve a sí misma y cómo trata a los demás.

Y colorín colorado este cuento ha terminado demostrando que nunca hay que creer todo lo negativo sobre uno mismo porque cada persona tiene su propia luz especial para brillar ante el mundo.

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