El valor de Stiven



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Stiven. Desde que era muy chico, siempre soñaba con ser todas las profesiones que veía: astronauta, doctor, chef, bombero y hasta presidente.

Pero lo que más le apasionaba era la idea de ser militar y servir a su patria. Stiven creció con ese sueño en su corazón y cuando cumplió 17 años decidió que era momento de perseguirlo.

Quería estudiar para convertirse en un valiente soldado, pero se encontró con un pequeño problema: debido a su edad no podía ingresar a la academia militar todavía. Entonces, Stiven no se dio por vencido.

Pensó en una solución creativa y decidió inscribirse en un bachillerato avanzado para terminar sus estudios secundarios. Sabía que debía prepararse bien si quería cumplir su sueño de ser militar. En el bachillerato, Stiven demostró ser un alumno dedicado y trabajador.

Siempre estaba dispuesto a aprender cosas nuevas y nunca se rendía ante los desafíos difíciles. Sus compañeros lo admiraban por su determinación y constancia.

Un día, mientras participaba en una actividad extracurricular del colegio, Stiven conoció a un veterano militar que había venido a dar una charla sobre el valor del servicio a la patria. El hombre compartió historias emocionantes sobre su tiempo en el ejército y motivó a los jóvenes a seguir sus sueños sin importar las dificultades.

Stiven quedó profundamente inspirado por las palabras del veterano y decidió redoblar sus esfuerzos para alcanzar su objetivo. Se propuso estudiar aún más duro para poder ingresar finalmente a la academia militar cuando cumpliera la edad requerida.

Los meses pasaron rápidamente y llegó el momento esperado: Stiven finalizó exitosamente el bachillerato avanzado y pudo presentarse al examen de ingreso a la academia militar. Con nerviosismo pero también con determinación, rindió cada prueba demostrando todo lo aprendido durante esos intensos meses de estudio.

Y finalmente, llegó la noticia tan ansiada: ¡Stiven fue aceptado en la academia militar! Su sueño de servir a su país como soldado se hacía realidad gracias a su esfuerzo, perseverancia y valentía.

Desde entonces, Stiven se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo. Demostró que con dedicación y trabajo duro se pueden superar cualquier obstáculo para alcanzar los sueños más grandes.

Y así, entre marchas militares y banderas al viento, Stiven siguió adelante con paso firme hacia un futuro lleno de aventuras e inspiración para todos aquellos que como él alguna vez soñaron con volar alto hacia sus metas más preciadas.

FIN.

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