El valor de Tomás



Había una vez en un colegio de un pequeño pueblo, un niño llamado Tomás. Tomás era muy inteligente y siempre sacaba buenas notas, pero tenía un problema: era extremadamente tímido.

Le costaba mucho hablar delante de la clase o incluso con sus propios compañeros. Un día, la maestra les pidió a todos los alumnos que hicieran una presentación sobre su hobby favorito. Tomás se puso muy nervioso, no quería hablar frente a todos.

Cuando llegó su turno, apenas pudo articular unas pocas palabras antes de quedarse en silencio. Sus compañeros notaron lo mal que se sentía y decidieron ayudarlo.

Al salir al recreo, se acercaron a él y le dijeron:- ¡Tomás, sabemos que puedes hacerlo! Solo tienes que creer en ti mismo y verás cómo todo va a mejorar. Tomás se sintió reconfortado por las palabras de sus amigos y decidió intentarlo de nuevo al día siguiente.

La maestra les dio otra oportunidad para presentar sus hobbies y esta vez, Tomás respiró hondo y comenzó a hablar con más seguridad. - Mi hobby favorito es leer libros de aventuras - dijo Tomás mirando a sus compañeros directamente a los ojos-.

Me encanta viajar a mundos fantásticos mientras leo. Todos lo escuchaban atentamente, impresionados por la mejoría de Tomás. Al finalizar su presentación, recibió una gran ovación por parte de sus compañeros. Se sentía feliz y orgulloso de sí mismo.

A partir de ese día, Tomás comenzó a ganar confianza en sí mismo. Empezó a participar más en clase, levantando la mano para responder preguntas e incluso haciendo chistes con sus amigos durante el recreo.

Sus padres también notaron el cambio en él y lo felicitaron por haber superado su timidez. Tomás les contó lo importante que había sido el apoyo de sus compañeros para lograrlo.

Con el tiempo, Tomás se convirtió en uno de los chicos más populares del colegio. Siempre recordaba cómo sus amigos lo habían alentado cuando más lo necesitaba y nunca dejaba pasar la oportunidad de hacer lo mismo por otros niños tímidos que encontraba en su camino.

Y así, gracias al amor y la amistad sincera de aquellos que lo rodeaban, Tomás aprendió que no hay nada imposible cuando crees en ti mismo y tienes personas maravillosas que te apoyan incondicionalmente.

FIN.

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