El valor del respeto


Lucas y Rebeca eran dos hermanos muy unidos. Siempre se divertían juntos, jugando a las escondidas, bailando y cantando canciones de moda. Pero había algo que siempre los separaba: el celular de su hermano mayor, Martín.

Martín era muy celoso con su celular y no permitía que sus hermanos menores lo usaran. Pero Lucas y Rebeca no podían resistirse a la tentación de jugar en él cuando Martín no estaba en casa.

Un día, mientras Martín estaba en la escuela, Lucas y Rebeca decidieron usar su celular para jugar un juego nuevo que habían descargado. Se divirtieron mucho pero cuando intentaron salir del juego, notaron que algo extraño estaba pasando.

El celular comenzó a moverse por sí solo y emitía sonidos extraños. "¿Qué está pasando?", preguntó Lucas asustado. "No sé", respondió Rebeca también preocupada. De repente el celular se apagó dejándolos sin señal alguna.

Desesperados trataron de encenderlo nuevamente pero nada funcionaba. Cuando llegó Martín a casa encontró a sus hermanos llorando al lado del teléfono inoperable. "¿Qué ha pasado aquí?", preguntó sorprendido.

Lucas y Rebeca le contaron todo lo ocurrido e inmediatamente se sintieron culpables por haber usado el teléfono sin permiso. Pero lo peor fue darse cuenta que posiblemente habían dañado el dispositivo permanentemente.

Martín entendió la situación pero les explicó la importancia de pedir permiso antes de utilizar cosas personales como los celulares o cualquier otro tipo de objeto. "Es importante que respetemos las cosas de los demás y comprendamos que no todo lo que vemos es para nosotros", les dijo Martín. Después de esa experiencia, Lucas y Rebeca aprendieron la lección.

Comprendieron que el respeto hacia los demás es fundamental en cualquier relación, ya sea entre hermanos o amigos. Y a partir de ese día, siempre pidieron permiso antes de tomar algo prestado.

Además, se dieron cuenta que hay muchas formas divertidas de pasar el tiempo sin tener que depender del celular.

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