El valor del respeto en la selva


En lo más profundo de la selva vivían el sapo Pedro y la serpiente Marta. A pesar de ser de especies diferentes, eran grandes amigos.

Un día, mientras caminaban juntos, se encontraron con el rey de la selva, un imponente león llamado Simón. "¡Cuidado, sapo insolente! ¡No te acerques a mí, las serpientes como tú me dan asco!" gruñó el león. Pedro, sintiéndose insultado, se preparó para saltar sobre el león, pero Marta lo detuvo.

"Pedro, recuerda el valor del respeto. Aunque el león sea grosero, debemos demostrar respeto hacia todos los habitantes de la selva. Ven, tenemos que encontrar una solución pacífica." Juntos, Pedro y Marta se acercaron al león, quien seguía gruñendo.

"Disculpe, señor león, nosotros solo queríamos pasar, no queremos causarle problemas", dijo Marta con voz firme. Sorprendido por su valentía, el león escuchó atentamente. Finalmente, Simón comprendió su error y les permitió pasar.

Desde ese día, Pedro y Marta enseñaron a todos los animales de la selva sobre el valor del respeto, recordándoles que, aunque tengamos diferencias, siempre debemos tratarnos con amabilidad y consideración. Así, la selva se convirtió en un lugar más armonioso y lleno de respeto para todos sus habitantes.

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