El valor del servicio
Había una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Lucas. Lucas era un niño muy curioso y siempre estaba buscando maneras de ayudar a los demás.
Un día, en la escuela, la maestra les contó a todos los niños sobre la importancia de ayudar a los demás y de prestar servicio a la comunidad. Lucas se emocionó mucho al escuchar esto y decidió que él también quería hacer algo por los demás.
- ¿Qué puedo hacer para ayudar a los demás? - se preguntaba Lucas. Decidió hablar con sus padres, quienes le dijeron que podía empezar por pequeñas acciones, como ayudar a los ancianos del pueblo o colaborar en la limpieza de parques.
Lucas se sintió motivado y decidió poner en práctica lo que le habían sugerido. Comenzó a visitar a los abuelitos del pueblo, ayudándoles a llevar sus compras, regándoles las plantas y escuchando sus historias.
Los niños del colegio se dieron cuenta de lo que Lucas estaba haciendo y se unieron a él. Juntos organizaron una jornada de limpieza en el parque y ayudaron a embellecerlo.
Poco a poco, Lucas y sus amigos fueron contagiando a otros niños del pueblo, quienes se sumaron a la tarea de ayudar a los demás. Con el tiempo, el pueblo se convirtió en un lugar más unido y solidario gracias al espíritu de servicio que Lucas había inspirado.
Desde entonces, Lucas entendió que el servicio hacia los demás no solo beneficia a quienes lo reciben, sino que también llena de satisfacción y alegría a quienes lo brindan. Lucas aprendió que el valor del servicio es una parte importante de ser una persona bondadosa y solidaria.
- ¿Ves, Lucas? Tu pequeño gesto de servicio motivó a todo el pueblo a unirse y ayudarse mutuamente. - le dijo su mamá emocionada. Lucas sonrió con orgullo, sabiendo que su deseo de ayudar había hecho del pueblo un lugar mejor para todos.
FIN.