El valor del tiempo en familia


Había una vez una familia muy unida compuesta por Gerardo, su esposa y sus cuatro hijos: Liz, Gera, Clau y Jessi. Gerardo era un padre amoroso y siempre estaba presente en la vida de sus hijos.

Él los acompañaba a todas partes, desde el colegio hasta las actividades extracurriculares. Un día, mientras estaban todos juntos en casa, Gerardo les dijo a sus hijos: "Chicos, quiero que sepan que nunca me iré de su lado.

Siempre estaré aquí para ustedes". Los niños sonrieron felices al escuchar esas palabras y abrazaron a su papá con cariño. Desde ese día en adelante, la familia se volvió aún más unida y feliz. Sin embargo, un día algo inesperado ocurrió.

Mientras jugaban en el parque cercano a su casa, Jessi se cayó de un árbol y se lastimó gravemente el brazo. La pequeña comenzó a llorar desconsoladamente mientras Liz intentaba calmarla.

Gerardo llegó rápidamente al lugar y llevó a Jessi al hospital más cercano. Los médicos le dijeron que tendrían que operarla para reparar el hueso roto. La familia pasó muchas horas en la sala de espera del hospital esperando noticias sobre Jessi.

Finalmente, los médicos salieron y les informaron que todo había salido bien con la operación.

Todos respiraron aliviados pero entonces Gerardo tomó una decisión importante: —"Chicos" , dijo mirando fijamente a cada uno de sus hijos,"a partir de ahora voy a dedicarme aún más tiempo para estar con ustedes. "Desde ese momento en adelante Gerardo dejó su trabajo y comenzó a pasar más tiempo con su familia. Juntos realizaron actividades como ir al cine, jugar juegos de mesa y hacer paseos por la ciudad.

Un día, mientras estaban en el zoológico, Gerardo le preguntó a sus hijos: "¿Cómo se sienten ahora que paso más tiempo con ustedes?"Liz respondió primero: "Me gusta mucho que estés aquí todo el tiempo, papá.

Me hace sentir segura". Gera agregó: "A mí también me encanta que nos acompañes a todas partes. Siempre me divierto contigo". Clau dijo: "Lo mejor de todo es tener un padre tan amoroso y dedicado como tú, papá".

Jessi sonrió dulcemente y dijo: "Estar contigo siempre es lo mejor del mundo". Gerardo se emocionó al escuchar las palabras de sus hijos y les prometió seguir siendo un padre presente e involucrado en sus vidas.

Desde entonces, la familia vivió muchas aventuras juntos y disfrutaron cada momento de su vida en familia. Y así fue cómo Gerardo demostró que estar presente para los suyos era una decisión importante que valía la pena tomar.

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