El Valor del Vasallo



Era una vez, en un reino muy lejano, un valiente vasallo llamado Guillermo. Guillermo era un joven fuerte y noble, querido por todos en su aldea. Siempre estaba dispuesto a ayudar a quienes lo necesitaban, sin importar el peligro.Su fama recorrió cada rincón del reino y, un día, llegó a oídos del señor feudal del lugar, el poderoso conde Alberto."¿Dónde se esconde ese joven tan valiente?", preguntó el conde, intrigado."En una aldea al norte de aquí, mi señor", respondió un mensajero.

El conde decidió que era hora de conocer a Guillermo. Así que, convocó a todos los aldeanos y, junto a ellos, fue a buscar al joven vasallo."¡Guillermo!", gritó el conde al llegar, ". He oído hablar de tu valentía y deseo premiarte por tu excepcional valor. Te invisto como caballero del reino".

Los aldeanos aplaudieron, pero Guillermo sintió una punzada de preocupación. Sabía que ser caballero significaba tener grandes responsabilidades y enfrentar peligros que nunca había imaginado."¿Yo, mi señor? No creo estar listo para tal honor", respondió modestamente.

El conde sonrió."El valor no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de enfrentar lo que nos asusta. Te he visto ayudar a los demás, ¡eso ya es ser un héroe!". Guillermo, algo más tranquilo, aceptó el desafío con gratitud.

Con sus nuevas armaduras y su lanza brillante, Guillermo comenzó a cumplir su deber como caballero. Su primera misión fue proteger a un grupo de viajeros que atravesaba un oscuro bosque. Mientras guiaba a la caravana, se encontraron con un feroz dragón que custodiaba el camino."¡Huyan!", gritó Guillermo, pero los viajeros no se movieron. Su espíritu valiente comenzó a tambalearse.

En ese momento, recordó las palabras del conde: "El valor es enfrentar el miedo". Motivado, decidió enfrentar al dragón."¡Detente!" -gritó, con voz firme-. "No somos tus enemigos, solo queremos pasar". El dragón, sorprendido por la valentía de Guillermo, bajó la mirada."¿Por qué debería dejarte ir?".

"Porque hay mucho que ganar al mostrar bondad...", contestó Guillermo. "Si nos dejas ir, te prometo que traeré historias de valor y amistad que llegarán a resonar en el reino". El dragón, intrigado, decidió dejarlo pasar pero a cambio de que Guillermo contara al pueblo sobre su soledad. Guillermo prometió hacerlo y continuó su camino.

El viajero, que había estado atento a la conversación, añadió:"Si el dragón necesita compañía, podemos visitarlo en vez de temerle". La idea encendió las mentes del grupo y pronto todos votaron a favor de visitar al dragón cada semana.

Al regresar al castillo, Guillermo no solo había cumplido su misión, sino que también había hecho nuevos amigos y traído una gran lección: la amistad puede nacer de los lugares más inusuales. El conde Alberto estaba muy orgulloso de su nuevo caballero.

"He visto que no solo enfrentaste al dragón, sino que además transformaste un enemigo en un amigo", dijo el conde, sonriendo con aprobación. Guillermo sintió que, efectivamente, había crecido, y comprendió que cada desafío traía consigo una gran lección.

Así fue como Guillermo no solo se convirtió en un valiente caballero, sino también en un gran amigo de un dragón solitario, demostrando que el valor se encuentra no solo en luchar, sino en crear lazos de amistad y comprensión. Desde entonces, el reino floreció, y cada vez que pasaban por el bosque, vecinos y dragón tejían historias juntos, recordando que un pequeño gesto de valor puede cambiar el mundo.

Y así, vivieron felices, sabiendo que cada uno de ellos tenía un lugar especial en los corazones de los demás, independientemente de las diferencias. Y así concluyó la historia de Guillermo, el vasallo valeroso que, al ser investido como caballero, descubrió que el verdadero valor reside en la amistad y la bondad.

FIN.

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