El Valores de la Amistad
Un día soleado en un pequeño barrio de Buenos Aires, dos amigos, Lucas y Franco, estaban sentados en el sillón de la sala de Lucas, mirando por la ventana. La luz del sol entraba cálidamente por el cristal mientras los pájaros cantaban melodías alegres.
"Che, mirá eso", dijo Lucas, señalando hacia afuera. "Allí está tu novia, Sofía, con esa amiga. Parece que se están aburriendo de lo lindo".
Franco, que estaba saboreando un interminable vaso de agua con gas, frunció el ceño.
"¿A quién le importa eso? Están divirtiéndose a su manera".
"Puede ser, pero se ve que quiere más acción. ¡Tal vez debería llevarla a dar una vuelta al lago!"
Franco se quedó pensando. En el fondo, sabía que Sofía era una chica llena de energía y le gustaba la aventura.
"A veces siento que no la hago feliz. Tal vez no soy suficiente para ella".
Lucas se dio vuelta y miró a su amigo con una expresión seria.
"¡Franco! No dudes de lo que sos. La amistad es lo más importante, pero una relación también necesita otras cosas. Tenés que hablar con ella y descubrir lo que realmente quiere".
Franco se sintió algo incómodo. Las palabras de su amigo resonaban en su mente como un eco. Decidió que, el siguiente día, invitaría a Sofía a dar un paseo. Tal vez podría demostrarle que podría ser un buen novio y un buen amigo a la vez.
Al día siguiente, Franco se armó de valor y llamó a Sofía por teléfono.
"Hola, Sofi, ¿te gustaría ir a pasear al lago hoy?"
"¡Hola Franco! Claro, me encantaría!"
Franco cortó la conversación sintiéndose optimista. Después de pasar un hermoso día juntos, Franco y Sofía compartieron risas y se contaron historias. Mientras caminaban junto al lago y disfrutaban del atardecer, Franco decidió preguntar algo que le había estado rondando la cabeza.
"Oye, Sofi, ¿Qué es lo que te gusta hacer cuando no estamos juntos?"
Sofía lo miró con una sonrisa.
"Me encanta explorar nuevas actividades. A veces siento que podría hacer más cosas con vos, como danzar, practicar yoga, o hasta jugar juegos de aventuras. No soy solo tu amiga, quiero que hagamos cosas divertidas juntos, ¡como en pelis de acción!"
Franco sintió que el aire se llenaba de esperanza.
"¿Y si hacemos algo así? ¡Podemos bailar y hacer yoga el próximo fin de semana!"
Sofía se iluminó, sus ojos brillaban de emoción.
"¡Eso me encantaría! Pero no olvides que también podemos ser creativos y encontrar otras aventuras juntos. La amistad se construye con momentos y risas".
Tras esa charla, Franco se sintió liberado. Comprendió que era fundamental ir más allá de la amistad y también ser responsables el uno con el otro en la relación. Desde entonces, Lucas siempre le decía a Franco:
"No solo se trata de romance. Tenés que ser un compañero, un amigo, ¡eso es lo más importante!"
Al final, Franco y Sofía no solo se convirtieron en pareja, sino también en un hermoso equipo que exploraba el mundo juntos, buscando aventuras. Aprendieron que el verdadero amor se construye a través de la amistad y la comunicación, compartiendo intereses y creando memorias inolvidables.
Y así, el pequeño barrió celebró el nacimiento de un nuevo amor, que se consolidó en la base firme de la amistad y en la alegría de hacer cosas juntos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.