El vampiro musical
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Sustosville, donde todos los habitantes estaban emocionados por la llegada de Halloween. En este lugar vivía un vampiro llamado Víctor, que no era como los demás vampiros.
A diferencia de ellos, a Víctor no le gustaba beber sangre ni asustar a las personas. Víctor siempre había sido diferente y se sentía triste porque no encajaba con los demás vampiros.
Le encantaba el sonido de los susurros y la música suave, pero eso no era lo que esperaban ver los otros vampiros en él. Un día, mientras caminaba por el bosque cercano al pueblo, escuchó unos gritos desesperados.
Siguiendo el sonido, encontró a una niña llamada Sofía llorando detrás de un árbol. - ¿Qué te pasa? - preguntó Víctor con preocupación. - Estoy perdida y tengo miedo - respondió Sofía entre sollozos. Víctor sintió compasión por la niña y decidió ayudarla a regresar a su casa.
Mientras caminaban juntos, Sofía le contó sobre su amor por Halloween y cómo disfrutaba disfrazarse y asustar a sus amigos.
- Pero yo no puedo hacer eso - dijo Víctor tristemente -, soy un vampiro diferente a los demás y me siento excluido. Sofía miró al vampiro con ternura y le dijo:- No importa si eres diferente, lo importante es ser tú mismo. Puedes encontrar tu propio camino para disfrutar de Halloween sin tener que asustar o beber sangre.
Aquellas palabras resonaron en el corazón de Víctor y le dieron esperanza. Decidió que iba a encontrar una manera de divertirse en Halloween sin tener que hacer cosas que no le gustaban.
Al día siguiente, Víctor se acercó al centro del pueblo donde todos estaban preparando una fiesta para celebrar Halloween. Se subió a un escenario improvisado y comenzó a tocar su violín con melodías suaves y hermosas. Todos los habitantes se detuvieron para escuchar la música de Víctor.
Los susurros llenaron el aire y crearon un ambiente mágico. La gente empezó a bailar y disfrutar de la música sin necesidad de asustarse o beber sangre.
Víctor había encontrado su lugar en el mundo, compartiendo su amor por la música y los susurros con los demás. A partir de ese momento, todos lo aceptaron tal como era y lo llamaron "El vampiro musical".
Desde entonces, cada año en Sustosville se celebra una gran fiesta de Halloween donde todos disfrutan de la música y los susurros del vampiro musical. Y Víctor, finalmente encontró felicidad al ser él mismo.
La historia nos enseña que no importa si somos diferentes, lo importante es ser auténticos y encontrar nuestra propia forma de ser felices sin dañar a otros. Fin
FIN.