El Velorio del Viejo Atrevido
En el barrio La Paternal, se contaba una historia que hacía temblar a grandes y chicos. La leyenda hablaba de un viejo atrevido que, a menudo, era visto merodeando por las calles, vestido con un sombrero enorme y unos zapatos que hacían un ruido extraño al caminar.
Un día, Vika, Tomi, Jaz y Lucas, cuatro amigos inseparables, decidieron que era hora de descubrir la verdad detrás de la leyenda del viejo atrevido.
"¿No te da miedo, Vika?" - preguntó Tomi, con un tono burlón.
"¡Para nada! Quiero saber de qué se trata toda esta historia" - respondió Vika, valiente como siempre.
"Yo escuché que el viejo se lleva a los que se atreven a acercarse" - añadió Jaz, sintiéndose un poco nerviosa.
"Yo digo que lo que hay que hacer es acercarnos al parque a la noche y ver qué pasa" - comentó Lucas, guiñando un ojo.
Así que esa misma noche, armados con linternas y un poco de miedo, los cuatro amigos se dirigieron al parque donde se decía que el viejo aparecía. Se sentaron en un banco, mirando a su alrededor. Las luces de la calle iluminaban tenuemente el lugar, creando sombras que parecían cobrar vida.
Pasaron algunos minutos hasta que, de repente, escucharon un crujido.
"Ahí viene... ¡el viejo atrevido!" - susurró Jaz, con un escalofrío recorriendo su espalda.
A medida que la figura se acercaba, los amigos se dieron cuenta de que el viejo no era tan aterrador como se decía.
"¡Hola, chicos!" - exclamó el viejo, sonriendo con un brillo juvenil en sus ojos.
Los amigos se miraron entre sí, sorprendidos.
"¿Usted es el viejo atrevido?" - preguntó Tomi, un poco a la defensiva.
"Soy Don Enrique, pero algunos me llaman el viejo atrevido por las locuras que hago" - dijo, riendo. "No se dejen llevar por las leyendas, chicos. A veces, lo que parece aterrador es solo una oportunidad para conocer a alguien nuevo".
Los amigos estaban intrigados.
"¿Qué tipo de locuras hace, Don Enrique?" - preguntó Vika, sin poder contener su curiosidad.
"Cada viernes por la noche, organizo velorios de cuentos alrededor del fuego. Vienen chicos de todos lados. A veces contamos historias de miedo, otras, historias divertidas. ¿Se animan a venir?"
Los cuatro amigos se miraron, y un brillo de emoción comenzó a brillar en sus ojos.
"¿De verdad?" - preguntó Jaz, ansiosa.
"Claro que sí, ¡los espero!" - respondió Don Enrique con una sonrisa.
Esa misma noche, el grupo decidió que no había sentido el miedo a lo desconocido, sino que habían encontrado una parte divertida y amigable de su comunidad. Aprendieron que las historias podían acercar a las personas y que, muchas veces, lo que asusta es simplemente lo que no conocemos.
Desde entonces, cada viernes, Vika, Tomi, Jaz y Lucas se reunían con Don Enrique en el parque, escuchando y compartiendo historias, riendo juntos bajo las estrellas y descubriendo que, a veces, los viejos atrevidos pueden ser los mejores amigos que uno puede tener.
La leyenda del viejo atrevido se transformó en una historia de amistad, magia y aventuras, recordando a todos en el barrio que no hay que dejarse llevar por los rumores y que lo desconocido a veces puede resultar ser asombroso y lleno de luz.
FIN.