El venado que aprendió a escuchar a su mamá


En lo profundo del bosque, vivía una familia de venados. La mamá venado siempre le decía a su hijito, llamado Mateo, que no se acercara al enjambre de abejas para no comerse su miel. Pero Mateo, desobedeciendo a su mamá, fue directo al enjambre y se comió toda la miel que encontró. Las abejas, enfurecidas, lo picaron por todas partes. Mateo regresó con su mamá, quien, preocupada, lo llevó de inmediato al doctor del bosque.

El doctor del bosque, un búho sabio llamado Don Óscar, ayudó a Mateo a recuperarse de las picaduras. Mientras lo curaba, le enseñó la importancia de escuchar a su mamá: 'Las mamás siempre quieren lo mejor para nosotros, Mateo. Ellas nos cuidan y nos guían para que estemos seguros y felices'.

Desde ese día, Mateo comenzó a prestar más atención a su mamá. Cuando ella le decía que tuviera cuidado con los ríos, él la escuchaba. Cuando le decía que vigilara a los cazadores, él la escuchaba. Y así, poco a poco, Mateo aprendió a siempre seguir los consejos de su mamá.

Un día, mientras caminaban juntos, se encontraron con un cazador en el bosque. Gracias a que Mateo escuchó a su mamá, pudieron escapar sin ser vistos y llegar a salvo a su hogar. La mamá venado se sintió muy orgullosa de su hijo y le dijo: '¡Bravo, Mateo! Verás que si siempre me escuchas, estaremos seguros y felices'.

Desde entonces, Mateo se convirtió en el venado más obediente del bosque, siempre atento a las palabras de su mamá. Y juntos, vivieron muchas aventuras, protegiéndose el uno al otro.

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