El vendedor de la tortuga y la mujer de las flores



Había una vez en un pequeño pueblo, un vendedor de animales llamado Mateo. Mateo era un hombre amable y servicial que siempre estaba rodeado de criaturas de todos los tamaños y formas.

Un día, un joven llamado Lucas se acercó a su tienda y se enamoró de una hermosa tortuga que estaba en exhibición. Mateo, con tristeza en los ojos, vendió la tortuga a Lucas, quien la cuidaría con amor en su hogar.

Mientras Lucas se iba con su nueva mascota, Mateo se quedó allí, sintiéndose un poco vacío. Decidió tomar un descanso y salir a buscar flores para animar su corazón. Mientras caminaba por el campo, casi pisó a una pequeña tortuga que se escondía entre la flora.

Se detuvo a observar, y se dio cuenta de que había muchas tortugas en ese lugar. Sin querer perturbarlas, decidió buscar en otro lado. Después de un rato, encontró un pequeño campo lleno de flores coloridas.

Mientras recogía algunas, vio a una mujer joven que también estaba disfrutando de la belleza de las flores. Se acercó a saludarla y notó que tenía una sonrisa tan radiante como las propias flores.

Entre risas y conversaciones, Mateo le regaló algunas de las flores que había recogido. La mujer, llamada Sofía, se sintió encantada con el gesto y agradeció a Mateo con alegría. Impulsado por la música del ambiente, Mateo extendió su mano hacia Sofía, invitándola a bailar.

Rápidamente, ambos se sumergieron en la danza, creando un momento mágico en medio del campo de flores. Desde ese día, Mateo y Sofía se volvieron buenos amigos, y Mateo encontró una nueva alegría en compartir el amor por la naturaleza con alguien más.

FIN.

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