El vendedor de sueños y el niño perdido



Don José se encontraba sentado en su banco, rodeado de un montón de sueños coloridos. Observaba atentamente a las personas que pasaban por la calle, buscando a alguien que necesitara uno de sus sueños.

Fue entonces cuando vio al niño acercarse tímidamente. - Buenos días, joven ¿En qué puedo ayudarte? - preguntó Don José con una sonrisa amable. El niño levantó la cabeza y miró directamente a los ojos del vendedor de sueños.

Sus ojos estaban llenos de tristeza y confusión. - Señor, no sé quién soy ni qué quiero ser. Me siento perdido y sin rumbo - dijo el niño con voz temblorosa. Don José sintió empatía por el pequeño y decidió ayudarlo.

Tomó uno de sus sueños más especiales y se lo mostró al niño. - Mira este sueño - le dijo con entusiasmo -, es un sueño mágico que te llevará en un viaje hacia tu verdadero yo.

Te ayudará a descubrir tus talentos y pasiones ocultas. El niño observó el sueño con curiosidad mientras Don José continuaba hablando:- Pero ten en cuenta que para cumplir este sueño deberás enfrentar desafíos y superar obstáculos.

No será fácil, pero valdrá la pena al final del camino. El niño asintió decidido y tomó el sueño entre sus manos. De repente, una puerta gigante apareció frente a ellos.

El niño la atravesó sin dudarlo y se encontró en un lugar desconocido lleno de aventuras emocionantes. A lo largo del camino, el niño se encontró con personajes mágicos que le enseñaron valiosas lecciones. Conoció al Sabio de la Imaginación, quien le mostró cómo usar su creatividad para enfrentar cualquier situación.

Luego, se encontró con la Guardiana de los Sueños, quien le enseñó a perseverar y nunca rendirse ante las dificultades.

El niño también aprendió sobre el valor de la amistad al conocer a un grupo de animales parlantes que lo acompañaron en su viaje. Juntos superaron obstáculos y desafíos, demostrando que el trabajo en equipo es fundamental para alcanzar los sueños más grandes.

Finalmente, después de muchas aventuras emocionantes, el niño llegó al final del camino y se encontró nuevamente frente a Don José. - Has completado tu viaje - dijo el vendedor de sueños con una sonrisa orgullosa -. Ahora sabes quién eres y qué quieres ser en la vida.

El niño miró a Don José con gratitud en sus ojos antes de tomar una decisión importante. - Señor, quiero ser como usted. Quiero ayudar a otros a encontrar sus propios sueños y ser felices - dijo el niño con determinación.

Don José sintió una gran alegría al escuchar las palabras del pequeño y supo que había hecho algo significativo en su vida. - Eres un verdadero soñador - respondió Don José emocionado -, estoy seguro de que harás cosas maravillosas en tu futuro.

Desde ese día, el niño siguió los pasos de Don José convirtiéndose también en un vendedor de sueños. Ayudó a muchas personas a encontrar su camino y cumplir sus sueños, llevando felicidad y esperanza a donde quiera que fuera.

Y así, Don José y el niño demostraron que los sueños pueden cambiar vidas y hacer del mundo un lugar mejor. Juntos, continuaron vendiendo sueños y compartiendo su magia con todos aquellos que necesitaban un poco de inspiración en sus vidas.

FIN.

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