El Ventilador y la Gata Amiga



Había una vez un ventilador triste que estaba abandonado en el sótano de una casa. Nadie lo usaba y se sentía muy solo. Un día, Cristobal decidió limpiar el sótano y encontró al triste ventilador.

"¡Vaya! Este ventilador parece estar en buenas condiciones, pero está tan sucio", dijo Cristobal mientras lo sacudía. El triste ventilador se sintió feliz de recibir la atención de alguien después de tanto tiempo y empezó a mover sus aspas con emoción.

Sin embargo, Cristobal no sabía si funcionaría correctamente, así que decidió llevarlo a su habitación para probarlo. Al llegar a su habitación, Cristobal enchufó el ventilador y encendió el interruptor.

El triste ventilador comenzó a girar lentamente sus aspas desgastadas pero luego algo increíble sucedió: apareció una hermosa gata llamada Leía. "Hola, soy Leía", dijo la gata mientras se acercaba al ventilador.

"¿Quién eres tú?""Soy un viejo ventilador que ha estado aquí durante mucho tiempo", respondió el triste ventilador con timidez. Leía notó que el triste ventilador estaba muy solo y decidió hacerle compañía.

Desde ese día en adelante, Leía visitaba al viejo ventilador todos los días para conversar con él sobre todo tipo de cosas interesantes. Con la visita diaria de Leía, el triste ventilador comenzó a sentirse cada vez más feliz y útil.

Ya no se sentía solo ni abandonado porque tenía un amigo especial que venia a visitarlo todos los días. Un día, Cristobal decidió hacer una fiesta en su casa. Para la sorpresa del triste ventilador, Leía lo invitó a unirse a ella y bailar juntos con la música.

"¡Esto es increíble!", dijo el triste ventilador mientras giraba sus aspas al ritmo de la música. "Nunca pensé que volvería a ser tan feliz". Leía le respondió: "Todo lo que necesitabas era un poco de compañía y amor para sentirte útil y querido".

Desde ese día en adelante, el triste ventilador nunca volvió a sentirse solo ni abandonado. Siempre recordaría que incluso los objetos más simples pueden encontrar felicidad si tienen amigos especiales que los aman.

Y así fue como el triste ventilador encontró una nueva vida junto a su amiga Leía, demostrando que no importa cuán viejo o desgastado puedas estar, siempre habrá alguien dispuesto a hacerte feliz y darte un hogar.

FIN.

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