El Verano de Poema y Rima



En un rincón del bosque, donde los árboles susurran y las flores huelen a magia, vivían dos amigos inseparables: Poema, una mariposa brillante con alas amarillas, y Rima, una pequeña rana verde que siempre tenía algo divertido que decir. Era un hermoso día de verano y el sol brillaba más que nunca.

- ¡Qué hermoso día, Poema! - exclamó Rima mientras saltaba de piedra en piedra.

- ¡Sí, Rima! - respondió Poema, que danzaba en el aire. - Este es el verano más bonito que hemos tenido.

Los dos amigos decidieron aprovechar el día y explorar el bosque. Mientras caminaban, descubrieron un claro escondido donde crecía una increíble variedad de flores. Había girasoles altos que parecían alcanzar el cielo y margaritas que bailaban con la brisa.

- ¡Mirá todas estas flores! - dijo Rima asombrada.

- ¡Y qué aromas tan ricos! - añadió Poema mientras hacía volteretas en el aire.

El verano no solo traía luz y calor, también prometía aventuras. Era el momento perfecto para organizar un concurso de talentos en el bosque.

- ¿Y si organizamos un concurso de talentos? - propuso Poema emocionada. - ¡Podría ser muy divertido!

- ¡Me encanta la idea! - respondió Rima con entusiasmo. - Todos en el bosque podrían participar.

Comenzaron a invitar a sus amigos: el búho sabio, el ciervo elegante, y hasta a la familia de patitos que nadaba en el lago cercano. Todos estaban emocionados y prometieron hacer lo mejor que pudieran.

Sin embargo, mientras preparaban el evento, un fuerte viento sopló y comenzó a llover.

- ¡Oh no! - gritó Rima, mirando al cielo gris. - ¡Nuestro concurso se va a arruinar!

- No te preocupes, Rima. Tal vez podamos hacer el concurso en el estanque, bajo la lluvia. ¡Sería una aventura diferente! - sugirió Poema.

Rima pensó en esas palabras y asintió.

- ¡Sí! ¡Vamos a hacerlo! - dijo con determinación.

Los amigos comenzaron a organizar todo en el estanque. Decoraron con hojas y flores. Cuando llegó el momento del concurso, cada uno de ellos deslumbró a la audiencia con su talento. El búho recitaba poesía, el ciervo hizo una elegante danza, y los patitos formaron una coreografía en el agua.

- ¡Es increíble lo que estamos haciendo! - gritó Rima mientras aplaudía.

- Y lo mejor es que lo estamos disfrutando, ¡aún bajo la lluvia! - añadió Poema, volando de un lado a otro.

Al final del concurso, el jurado, que consistía en una tortuga muy sabia, declaró a todos ganadores.

- ¡Todos han sido maravillosos! - dijo la tortuga, sonriendo. - No se trata de ganar, sino de divertirnos juntos y disfrutar de nuestras habilidades.

La lluvia cesó y el sol volvió a brillar. Poema y Rima se dieron cuenta de que, incluso con un giro inesperado, habían creado un verano inolvidable lleno de risas y amistad.

- ¡Vamos a hacerlo de nuevo el próximo verano! - sugirió Rima.

- ¡Sí! Pero la próxima vez, ¡haré una coreografía! - contestó Poema con una sonrisa brillante.

Y así, Poema y Rima entendieron que con creatividad y amistad, podían convertir cualquier día, incluso el más inesperado, en una gran aventura de verano. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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