El verano encantado de Mailen


Había llegado el tan esperado momento para Mailen: ¡había terminado el jardín de infantes y comenzaban sus vacaciones de verano! La emoción la invadía mientras pensaba en todas las aventuras que viviría en la playa junto a sus abuelos.

Pero lo que Mailen no sabía era que una sorpresa mágica la estaba esperando. El primer día de vacaciones, Mailen y sus abuelos llegaron a la playa temprano por la mañana.

Mientras construían un castillo de arena, escucharon un relincho muy particular. Al acercarse, descubrieron a un hermoso unicornio blanco con crines doradas correteando por la orilla del mar. - ¡Abuela, abuelo, miren ese unicornio! ¡Es real! -exclamó emocionada Mailen. - Sí, parece serlo.

¿Quieres acercarte? -preguntó su abuela con una sonrisa. Mailen asintió emocionada y se acercó al unicornio con cuidado. Para su sorpresa, el unicornio parecía contento de verla y le hizo una reverencia como si fuera un caballero en un cuento de hadas.

- Hola, soy Sparkle, el unicornio guardián de esta playa. ¿Te gustaría acompañarme en una aventura? -dijo el unicornio con voz melodiosa. Mailen asintió sin poder creer lo que estaba pasando.

Junto a Sparkle vivió las más increíbles aventuras: surcaron las olas montados en su lomo brillante, ayudaron a rescatar a unos delfines varados en la orilla y hasta encontraron un tesoro enterrado en la arena. - ¡Esto es increíble! Nunca imaginé vivir algo así -dijo Mailen maravillada.

- Las aventuras están donde menos te lo esperas, solo debes estar lista para disfrutarlas -respondió Sparkle con sabiduría. Los días pasaron volando entre risas y juegos junto al unicornio y los abuelos de Mailen.

Cada día era una nueva oportunidad para aprender algo nuevo sobre el maravilloso mundo que los rodeaba. Y así, entre carcajadas y momentos inolvidables, las vacaciones llegaron a su fin.

Al despedirse de Sparkle en la última noche en la playa, Mailen sintió nostalgia pero también gratitud por haber vivido algo tan extraordinario. Sabía que siempre llevaría consigo el recuerdo de aquellas vacaciones llenas de magia y aprendizajes invaluables.

De regreso a casa, mientras miraba las estrellas desde su ventana antes de dormir, Mailen supo que aunque las vacaciones hubieran terminado, siempre tendría consigo el espíritu aventurero y curioso que le había regalado aquel verano inolvidable en compañía del unicornio Sparkle y sus amados abuelos.

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