El verano submarino de Martina y su hermana
Martina estaba emocionada porque por fin había llegado el verano, y eso significaba que tendría la oportunidad de explorar el fondo marino con su hermana mayor. Juntas se prepararon con sus trajes de baño, visores y snorkels, ansiosas por descubrir el mundo acuático.
Al llegar a la playa, Martina y su hermana se sumergieron en el agua cristalina. A través de sus visores, pudieron ver coloridos peces nadando entre las rocas y las algas. Martina no podía contener su emoción al observar a los peces moviéndose con gracia entre las olas.
—¡Mira, hermana, un pez amarillo con rayas azules! —exclamó Martina.
—Sí, y allá hay uno grande y plateado —respondió su hermana.
De repente, Martina notó algo diferente. Un pez destacaba entre los demás: era más grande y brillante, con escamas tornasoladas que reflejaban la luz del sol. Martina sintió curiosidad y decidió seguirlo. Nadaron detrás del pez, alejándose cada vez más de la orilla, hasta llegar a un arrecife de coral.
Allí, descubrieron un maravilloso paisaje submarino: corales de colores vibrantes, estrellas de mar y más peces de distintas formas y tamaños. Poco a poco, se dieron cuenta de que estaban rodeadas de vida marina fascinante que jamás habían imaginado.
Martina y su hermana nadaron entre los corales, maravilladas por la belleza del océano. De repente, el pez brillante que habían estado siguiendo se detuvo y les hizo señas con su aleta. Sorprendidas, Martina y su hermana lo siguieron y descubrieron una cueva submarina. Al adentrarse en la cueva, vieron un tesoro brillante escondido entre las rocas.
Con cuidado, lo tomaron y salieron de la cueva. Al emerger a la superficie, vieron que el sol estaba comenzando a ponerse. Martina y su hermana regresaron a la orilla, emocionadas por su increíble aventura submarina. Al llegar a la playa, abrieron el tesoro y descubrieron que era un collar de conchas marinas y piedras brillantes.
Martina y su hermana se dieron cuenta de que no necesitaban ir muy lejos para vivir emocionantes aventuras. A veces, lo más asombroso está justo debajo de la superficie del mar, esperando a ser descubierto. Desde ese día, Martina supo que siempre habría nuevas maravillas por descubrir, no importa cuántas veces visite el mar.
FIN.