El Verdadero Espíritu de Halloween



Era una noche muy especial en el vecindario de Carla y Carlitos. Las casas estaban decoradas con telarañas y calabazas sonrientes. Ambos amigos estaban emocionados por la llegada de Halloween y ya habían planeado salir a pedir golosinas por el barrio.

- ¡No puedo esperar para disfrazarme de vampiro! - dijo Carla mientras se miraba en el espejo, con su capa negra y sus colmillos de juguete.

- ¡Y yo me voy de monstruo! - respondió Carlitos, luciendo su nariz de monstruo y sus garras de cartón.

Los niños decidieron salir a hacer trampa o truco por la noche. Pero mientras caminaban por su barrio, escucharon un rumor extraño que flotaba en el aire.

- ¿Escuchaste eso? - preguntó Carlitos, mirando a su alrededor.

- Sí, parece que hay algo raro con la tradición de Halloween - respondió Carla, intrigada.

Decidieron investigar y se acercaron al parque, donde encontraron a un grupo de ancianos que estaba contando historias sobre la historia de Halloween.

- ¿Qué secreto oscuro hay detrás de Halloween? - preguntó Carla con curiosidad.

Uno de los ancianos, Don Manuel, sonrió y comenzó a hablar.

- Halloween tiene sus orígenes en una antigua tradición que celebraba el final de la cosecha. Pero con el tiempo, algunas personas comenzaron a olvidar su verdadero significado y lo convirtieron en una noche de miedo y travesuras.

Carlitos frunció el ceño. - ¿Entonces todos estos disfraces de miedo están mal?

Don Manuel agitó la cabeza. - No están mal, pero a veces olvidamos lo que realmente significa esta noche. Halloween puede ser también una celebración de la amistad, la creatividad y el valor.

- Pero, ¿cómo podemos celebrar si sabemos que Halloween tiene un lado oscuro? - preguntó Carla con preocupación.

El anciano sonrió otra vez. - Eso depende de ustedes. Pueden organizar una fiesta en su casa, disfrutar de comidas ricas y jugar juegos divertidos. Así, le darán un nuevo sentido a la celebración.

Los ojos de los amigos brillaron ante esa idea.

- ¡Eso suena genial! - exclamó Carlitos. - Podemos decorar la casa con cosas alegres y hacer un concurso de disfraces divertidos.

- Y también podemos hacer una competencia de postres de Halloween - añadió Carla emocionada. - ¡O incluso una búsqueda del tesoro!

Vieron que el verdadero espíritu de Halloween no tenía por qué ser miedo, sino también risas y buenos momentos.

Así que, esa noche, en lugar de salir a hacer trampa o truco, organizaron una fiesta en casa junto a sus amigos. Decoraron la casa con luces de colores, pintaron calabazas con caras sonrientes y prepararon un festín de golosinas.

Todos se disfrazaron de personajes alegres: hadas, superhéroes, y hasta un perro y un gato. La risa llenó el aire mientras jugaban y disfrutaban de su fiesta.

Al final de la noche, miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que Halloween, aunque tenía un lado oscuro, también podía ser una oportunidad para celebrar la amistad y la creatividad.

- ¿Viste? No necesitamos mucho para disfrutar. - dijo Carla.

- ¡Sí! Solo necesitamos un poco de imaginación y buenas compañías. - respondió Carlitos feliz.

Y así, desde ese año en adelante, Carla y Carlitos recordaron siempre que Halloween era lo que ellos querían que fuera: una noche llena de risas, juegos y buenos momentos.

FIN.

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