El Verdadero Regalo de María
Era una mañana brillante de diciembre. María, una niña alegre y curiosa, asistía a su último día de clases antes de las vacaciones de Navidad. Con una gran sonrisa, entró al aula donde sus amigas la esperaban.
"¡Hola, chicas!" – dijo María entusiasmada.
"¡Hola María!" – respondieron al unísono sus amigas, Ana y Sofía. – "¿Ya decidiste qué vas a pedirle a Santa?".
María asintió y con ojos brillantes les contó sobre su lista de regalos: un nuevo juego de mesa, una bicicleta y un montón de libros aventuras. Pero lo que más le preocupaba era enviar su carta a Santa antes de que otros lo hicieran.
"Tengo que mandarla hoy mismo, porque si no, puede que se quede sin regalos para mí" – decía María mientras jugaba con su cabello.
Sus amigas la miraron y Ana sugirió:
"¿Por qué no la mandamos juntas? Todo se hace más divertido cuando estamos amigas."
María dudó un poco, pero luego sonrió y aceptó.
"¡Buena idea! Después de clase, vamos al parque y ahí mismo la escribimos."
La jornada pasó volando y al finalizar, las tres amigas se dirigieron al parque. Se instalaron en un banco, con el aire fresco y la risa de los niños alrededor.
"¿Qué tal si vamos a la cabaña del bosque mágico?" – dijo Sofía.
"¿La cabaña del bosque mágico? ¡Me encanta esa idea!" – exclamó María, emocionada.
Una vez allí, se sentaron en círculo y comenzaron a escribir. María se concentró en cada palabra, describiendo todos sus deseos. De repente, un brillo salió de un rincón del bosque, una pequeña figura apareció ante ellas: era un elfo, con una gorra verde y zapatos puntiagudos.
"¡Hola, niñas! Soy Elfo Benji, del bosque mágico. He visto que tienen una carta para Santa" – dijo con una voz suave.
Las tres amigas se miraron sorprendidas.
"¿Tú puedes ayudarme a mandarla a Santa?" – preguntó María, un tanto tímida.
"Claro que sí, pero primero quiero que piensen un momento. La Navidad no solo se trata de regalos, ¿verdad?" – dijo Benji.
María frunció el ceño, confundida.
"¿Cómo no se trata de regalos?" – preguntó.
Benji sonrió y continuó:
"La Navidad es también un momento para valorar lo que realmente importa. ¿Qué es más importante para ustedes, los regalos o el tiempo que pasan juntas?".
Las amigas se quedaron en silencio, pensando en ello.
"Creo que lo que más me gusta es pasar tiempo con ustedes y compartir risas" – confesó Ana.
"¡Sí!" – exclamó Sofía. – "Me encanta cuando hacemos manualidades y preparamos galletas juntas. Eso es lo más divertido".
María, finalmente, se dio cuenta de que a veces, los mejores regalos no vienen envueltos en papel brillante.
"Benji, tienes razón. Tal vez no necesite ese montón de regalos para ser feliz. Prefiero disfrutar de la Navidad con mis amigas y mi familia".
El elfo sonrió satisfecha.
"Eso es lo que quería que entendieran, niñas. La felicidad está en los momentos compartidos, no en las cosas materiales".
María, Ana y Sofía miraron sus cartas.
"¿Y si escribimos en la carta que queremos pasar más tiempo juntas y ayudar a los demás?" – sugirió Sofía.
Las otras están de acuerdo. Juntas, reescribieron su carta, dejando de lado los regalos por un deseo más grande: valorarse mutuamente y disfrutar de la compañía y la amistad.
Antes de irse, Benji les dijo:
"Asegúrense de dejar la carta en el árbol de Navidad de su casa. Estoy seguro de que Santa se pondrá muy contento con su nuevo mensaje".
Así que esas tres amigas, regresaron a casa llenas de nuevas ideas y una carta muy especial. Esa noche, colgaron la carta en el árbol, con la promesa de tener una Navidad inolvidable, llena de risas, juegos y momentos juntos.
Y así fue como María aprendió que el verdadero regalo es el amor, la amistad y los momentos compartidos con los que aprecia. La Navidad se llenó de alegría y compañerismo, y todos en su familia y sus amigas lo disfrutaron al máximo.
Desde entonces, cada año, las tres amigas se reúnen para compartir galletas, juegos y risas, haciendo de cada Navidad una celebración única de amistad. Y nunca olvidaron aquel elfo que les enseñó la magia de ser compañeras y valorar lo más importante en la vida: el amor y la felicidad compartida.
FIN.