El Vestido de Novia de Eriza



Había una vez en un bosque colorido y lleno de amigos, una eriza llamada Eriza. A Eriza le encantaba el amor y soñaba con el día en que podría tener su propia fiesta de bodas. Pero había un problema: siempre había querido un vestido de novia, y sus púas hacían que nadie quisiera ayudarla a encontrar uno.

Una tarde soleada, mientras paseaba por el bosque pensando en cómo se sentiría siendo una novia hermosa, se encontró con su amigo el conejo, llamado Brinco.

"Hola Eriza, ¿por qué luces tan triste?" - preguntó Brinco, mientras saltaba cerca de ella.

"Hola Brinco. Es que quiero casarme un día, pero no puedo encontrar un vestido de novia que me quede bien. Mis púas lo arruinan todo" - suspiró Eriza.

Brinco, siempre optimista, tuvo una idea repentina.

"¿Por qué no le pides ayuda a la señora Osa? Ella es muy buena con la tela y siempre te ayuda a hacer cosas especiales".

Eriza sonrió levemente. Aceptó la sugerencia y decidió ir a visitar a la señora Osa. Cuando llegó a la cueva de la señora Osa, encontró a la gran osa, trabajando en un tapiz muy bonito.

"¡Hola, señora Osa! ¿Podrías ayudarme a hacer un vestido de novia?" - preguntó tímidamente Eriza.

"Por supuesto, querida! Pero, ¿cómo podemos hacer para que se ajuste a tus púas?" - respondió la señora Osa con una sonrisa amable.

De repente, Eriza se sintió un poco menos triste. Juntas pensaron en diferentes formas divertidas de diseñar el vestido.

"Tal vez podríamos hacer un vestido que tenga espacios especiales para tus púas. Así podrás lucir hermosa en tu gran día" - dijo la señora Osa.

"Eso suena genial!" - exclamó Eriza, llena de entusiasmo.

Con el brillo de una nueva idea en su corazón, Eriza y la señora Osa pasaron días pensando y trabajando en el vestido de novia. Este sería un vestido que celebraría su belleza única y sus púas. Mientras cosían y creaban, Eriza empezó a sentirse más segura de sí misma y menos preocupada por sus diferencias.

Finalmente, llegó el gran día. Todos los amigos del bosque iban a asistir a la boda de Eriza con su amado Señor Zorro. La señora Osa, el conejo Brinco y muchos otros ayudaron a decorar y organizar todo.

Cuando Eriza apareció con su vestido, todos quedaron maravillados. El vestido era de un hermoso color blanco con detalles de flores y cintas que realzaban sus púas, haciéndola lucir aún más especial. Los animales aplaudieron, brindando su apoyo y amor.

"¡Estás espectacular, Eriza!" - gritó Brinco con alegría.

Eriza, aunque nerviosa, se plantó con orgullo. Durante la ceremonia, sonrió con tanto amor que se olvidó de sus preocupaciones. Cuando el Señor Zorro le tomó la pata, ella supo que todo valió la pena.

Al final del día, Eriza se dio cuenta de que lo maravilloso no eran solo las vestimentas, sino el amor y apoyo de sus amigos. En lugar de sentirse triste por sus púas, decidió que eran parte de lo que la hacía única y hermosa.

Y así, Eriza y el Señor Zorro empezaron su vida juntos, rodeados de amigos que celebraron no solo la boda, sino la belleza de ser uno mismo, independientemente de las diferencias. Todos aprendieron que cada uno es especial a su manera y que la verdadera belleza radica en aceptarse y amarse a sí mismo.

Desde entonces, en cada boda del bosque, los vestidos eran diseñados no solo para ser bonitos, sino también para celebrar las diferencias que hacen a cada uno único. Y siempre que alguien se sentía triste por alguna peculiaridad, los amigos recordaban la historia de Eriza y su hermoso vestido que brillaba como ella misma, en su día especial.

FIN.

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