El veterinario travieso
Había una vez un niño llamado Joaquín, quien era conocido por ser travieso y siempre meterse en problemas. Pero a pesar de su travesura, tenía un corazón lleno de amor y ternura.
Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Joaquín vio a una pequeña mariposa atrapada entre las ramas de un árbol. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella y con mucho cuidado la liberó.
La mariposa voló alegremente alrededor de Joaquín como si quisiera darle las gracias. Desde ese momento, Joaquín sintió un amor especial por los insectos y se convirtió en su protector. Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, Joaquín encontró un nido abandonado.
Dentro del nido había tres huevos pequeños que parecían estar solos y sin protección. Joaquín sabía que los huevos necesitaban calor para eclosionar, así que decidió llevárselos a casa.
Los colocó en una caja llena de algodón caliente y esperó pacientemente a que llegara el momento adecuado. Después de unos días, los tres huevos eclosionaron revelando tres hermosas crías de pájaros. A medida que crecían, Joaquín les enseñaba a volar y buscar comida por sí mismos.
Un día, mientras los pájaros estaban aprendiendo a volar en el jardín trasero de Joaquín, uno de ellos se separó del grupo y quedó atrapado entre las ramas altas del árbol más grande del vecindario.
"¡No te preocupes, pequeño pájaro! ¡Voy a ayudarte!", exclamó Joaquín. Joaquín subió al árbol con cuidado y liberó al pajarito de su prisión. El pájaro cantó alegremente como si quisiera decirle gracias. A partir de ese día, los pájaros se convirtieron en los amigos más cercanos de Joaquín.
Lo seguían a todas partes y lo protegían de cualquier peligro. Un día, mientras caminaba por la calle, Joaquín vio a un gatito perdido y asustado escondido entre unos arbustos.
Sin pensarlo dos veces, se acercó lentamente al gatito y lo tomó en sus brazos. El gatito ronroneó felizmente mientras Joaquín lo llevaba a casa. Le dio un nombre cariñoso: —"Pelusa" . Desde ese momento, Pelusa se convirtió en el compañero inseparable de Joaquín.
Con el tiempo, las travesuras de Joaquín comenzaron a disminuir. Aprendió que no siempre era necesario hacer travesuras para divertirse y que podía encontrar amor y alegría en cuidar y proteger a los demás seres vivos.
Joaquín creció convertido en un joven amable y compasivo. Su amor por los animales nunca desapareció e incluso decidió estudiar veterinaria para poder ayudarlos aún más.
La historia de Joaquín nos enseña que todos podemos cambiar nuestras actitudes si encontramos algo o alguien que nos inspire amor y compasión. No importa cuán travieso o terribles podamos ser, siempre hay espacio para crecer y convertirnos en personas mejores.
FIN.