El viaducto mágico
Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, un grupo de niños y niñas muy curiosos que se reunían todos los días en una esquina del barrio para jugar.
Un día, mientras caminaban por la ciudad, descubrieron una enorme construcción: un viaducto que conectaba dos barrios. La curiosidad los llevó a acercarse y observar cómo los trabajadores construían el viaducto con enormes bloques de cemento y metal.
Los niños, fascinados, decidieron acercarse a los trabajadores para preguntarles sobre la construcción. -¿Qué están construyendo? -preguntó Julián, el más curioso de todos. -Estamos construyendo este viaducto para que los autos y trenes puedan pasar de un barrio a otro sin problemas -respondió uno de los trabajadores.
Los niños, emocionados, decidieron aprender más sobre el proceso de construcción. Con el paso de los días, observaron cada etapa del proceso: desde la excavación del terreno hasta la colocación de los raíles para el tren.
Los niños incluso pidieron permiso para ayudar en tareas sencillas, como recoger herramientas o limpiar el área de trabajo. Esta experiencia les permitió comprender la importancia de la construcción en la sociedad y cómo cada detalle era crucial para el buen funcionamiento del viaducto.
Sin embargo, un día se dieron cuenta de que, a pesar de todo el esfuerzo, el viaducto presentaba un problema: una grieta en uno de los pilares. Los niños, preocupados, decidieron buscar una solución.
Se acercaron de nuevo a los trabajadores y les contaron sobre la grieta. -¿Cómo podemos ayudar a arreglarla? -preguntó Valentina, la más astuta del grupo. Los trabajadores les explicaron que la grieta debía ser reparada con mucho cuidado y paciencia, y que cualquier pequeño aporte sería valioso.
Los niños, junto con los trabajadores, buscaron soluciones creativas para reparar la grieta. Usaron materiales reciclados y trabajaron en equipo para solucionar el problema. Finalmente, con esfuerzo y dedicación, lograron reparar la grieta.
Esta experiencia les enseñó a los niños sobre la importancia de la interacción y el trabajo en equipo para superar obstáculos.
El viaducto mágico se convirtió en un símbolo de su experiencia y aprendizaje, recordándoles que, en el contexto de la construcción, el trabajo en equipo y la creatividad son clave para resolver problemas. A partir de entonces, los niños se convirtieron en verdaderos defensores del cuidado y mantenimiento del viaducto, y siempre recordaban con orgullo la experiencia que los había unido en una gran aventura.
FIN.