El Viaje a Aribba



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, vivía una niña llamada Martina. Martina era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras para vivir.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró un extraño objeto brillante en el suelo. Martina se agachó para reagarrarlo y descubrió que era una llave mágica. Sin pensarlo dos veces, decidió probar si la llave funcionaba en alguna cerradura cercana.

Caminó por el bosque hasta llegar a una vieja puerta de madera que nunca antes había notado. Intrigada, Martina insertó la llave en la cerradura y giró con fuerza.

Para su sorpresa, ¡la puerta se abrió! Del otro lado de la puerta apareció un camino lleno de flores de colores vibrantes y árboles frondosos. Sin pensarlo dos veces, Martina cruzó la puerta y comenzó a caminar por el hermoso sendero.

A medida que avanzaba, se dio cuenta de que estaba subiendo cada vez más alto. Y entonces lo vio: un enorme globo aerostático esperándola justo al final del camino. Martina no podía creer lo que veían sus ojos.

Se acercó al globo aerostático y vio a dos simpáticos personajes dentro: Tomás el payaso y Lola la malabarista. "¡Hola Martina! ¿Te gustaría venir con nosotros?", preguntaron Tomás y Lola con entusiasmo. Martina asintió emocionada mientras subía al globo aerostático junto con ellos.

El globo despegó lentamente del suelo y comenzó a elevarse en el aire. Martina miraba asombrada cómo su pueblo se hacía cada vez más pequeño mientras ascendían. A medida que volaban, Tomás y Lola le contaron a Martina sobre un lugar mágico llamado —"Aribba" .

Era un lugar donde todo era posible y los sueños se hacían realidad. Martina no podía creer lo que estaba escuchando, ¡quería ir allí de inmediato!"Pero primero", dijo Tomás, "debemos superar una serie de desafíos para llegar a Aribba".

Martina aceptó emocionada el desafío y juntos comenzaron la aventura. Pasaron por bosques encantados, saltaron sobre nubes esponjosas y navegaron ríos de colores brillantes. Finalmente, llegaron al último desafío: una montaña muy alta que parecía imposible de escalar.

Pero Martina recordó las palabras de sus nuevos amigos: "En Aribba, todo es posible si crees en ti misma". Con valentía e determinación, Martina comenzó a trepar la montaña sin rendirse ni perder la esperanza.

Cada paso era difícil pero ella sabía que debía seguir adelante. Después de mucho esfuerzo y perseverancia, finalmente llegaron a la cima de la montaña. Y justo frente a ellos apareció un hermoso arco iris lleno de colores vibrantes.

"¡Lo logramos!", exclamó Martina con alegría. Tomás y Lola sonrieron orgullosamente mientras el arco iris los envolvía. En ese momento mágico, el globo aerostático comenzó a descender suavemente hacia un lugar lleno de risas y diversión.

Cuando aterrizaron, Martina se dio cuenta de que estaban en Aribba. Era un lugar donde los sueños se hacían realidad y todas las aventuras eran posibles.

Martina estaba emocionada de haber llegado a este mágico lugar, pero también sabía que extrañaba mucho a su familia y amigos en su pueblo. Tomás y Lola le dijeron que podía regresar cuando quisiera usando la llave mágica.

Con el corazón lleno de alegría y gratitud, Martina decidió volver a casa para compartir todas sus increíbles aventuras con sus seres queridos. Despidió a Tomás y Lola, les dio las gracias por llevarla a Aribba y prometió volver algún día. Martina abrió la puerta del globo aerostático, insertó la llave mágica en la cerradura correspondiente y giró con fuerza.

En un abrir y cerrar de ojos, se encontraba nuevamente en el bosque cerca de su casa. Corrió rápidamente hasta llegar a su hogar donde fue recibida con abrazos cálidos por parte de su familia.

Les contó sobre sus aventuras en Aribba mientras todos escuchaban maravillados. Desde ese día, Martina nunca dejó de explorar ni dejar volar su imaginación. Sabía que aunque viviera en un pequeño pueblo, siempre había magia esperándola si estaba dispuesta a buscarla.

Y así es como Martina aprendió que no importa dónde vivas o qué tan pequeño sea tu mundo, siempre hay aventuras esperando por ti si tienes el coraje para encontrarlas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!