El Viaje a Astrolandia



En una pequeña ciudad llamada Villaciencia, vivía una niña muy curiosa llamada Sofía. Desde que tenía memoria, siempre había soñado con las estrellas y los planetas. Un día, mientras exploraba el desván de su abuelo, encontró un viejo libro titulado 'Los Misterios del Universo'. En su interior, una extraña máquina de cartón parecía haber sido dibujada por alguien.

"¿Qué será esto?", se preguntó Sofía.

Decidida a descubrirlo, armó la máquina con materiales que encontró en casa. Con un par de tornillos, un poco de cinta adhesiva y su imaginación, no pasó mucho para que la máquina pareciera un cohete. preparó todo y dijo en voz alta:

"¡Quiero viajar a Astrolandia!"

De repente, la máquina comenzó a emitir luces y un suave zumbido. ¡Estaba despegando! En un abrir y cerrar de ojos, Sofía se encontró en un lugar espectacular, rodeada de extrañas criaturas que nunca había visto.

"¡Bienvenida a Astrolandia!" gritó un pequeño ser verde con ojos grandes.

"¿Quién sos?", preguntó Sofía sorprendida.

"Soy Zook, el guardián de este planeta. Aquí, todo es posible!"

Sofía, con la emoción del nuevo mundo, empezó a explorar y conoció a una amigable criatura llamada Flix, que tenía alas brillantes y podía volar. Juntos, vivieron muchas aventuras, como ayudar a los habitantes de Astrolandia a construir un puente de nubes.

"¡Vengan todos! ¡Necesitamos ayuda!", dijo un pequeño habitante llamado Nino, que estaba preocupado porque su casa se había vuelto difícil de alcanzar sin un camino.

"¡Yo puedo ayudar!", exclamó Sofía.

Los habitantes se unieron y juntos comenzaron a trabajar. Pero, de repente, una nube oscura apareció, oscureciendo el cielo y trayendo un viento fuerte. Todos comenzaron a temer que el proyecto se arruinara.

"No podemos rendirnos ahora!", gritó Sofía, empoderada.

Motivados por su valentía, los moradores unieron fuerzas y encontraron una forma de controlar el viento con una especie de cometas gigantes que fabricaron con materiales del lugar.

"¡Vamos, todos! ¡A volar!", animó Zook, y así volaron en colmena, como una gran mariposa.

Poco a poco, la nube oscura fue disipándose, y mientras lo hacían, el puente cobró vida. Una vez terminado, los habitantes celebraron el triunfo.

"¡Lo logramos!", exclamó Nino con alegría.

Sofía se sintió plena. Sin embargo, comenzaba a extrañar su hogar y sus amigas. Sabía que aproveché su sueño de aventura, pero era tiempo de regresar. Zook y Flix la guiaron hacia la máquina de cartón.

"Gracias por todo, Sofía. Siempre serás una heroína en Astrolandia", dijo Flix.

Sofía sonrió.

"¡Los llevaré siempre en mi corazón!"

Con un último vistazo a su nueva familia, Sofía activó la máquina y volvió a Villaciencia. Al llegar, miró las estrellas del cielo y pensó que, aunque habían sido solo sueños, realmente podía hacer una diferencia.

A partir de ese día, Sofía no solo miraba las estrellas, sino que también comenzó a invitar a sus amigos a mirar el cielo y compartir aventuras de ciencia ficción donde su imaginación no tenía límites.

FIN.

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