El viaje a la ciudad de cristal


Había una vez, en un lejano desierto, tres amigos muy especiales: un lobo mudo, un león sordo y un babuino.

Ellos eran diferentes a todos los demás animales del lugar, pero eso no les impedía ser grandes amigos y compartir aventuras juntos. Un día, mientras caminaban por el desierto, se dieron cuenta de que estaban perdidos y necesitaban encontrar la ciudad de cristal lo antes posible.

Pero para su desgracia, se estaban quedando sin tiempo y las fuerzas comenzaron a flaquear. En ese momento escucharon un grito a lo lejos. Rápidamente corrieron hacia el sonido del grito para averiguar qué había pasado.

Cuando llegaron al lugar donde provenía el ruido encontraron a una pequeña tortuga atrapada en una roca. "¡Ayuda! ¡No puedo salir!" - gritó la tortuga. Los tres amigos decidieron ayudarla sin pensarlo dos veces. El lobo mudo intentó romper la roca con todas sus fuerzas pero no pudo hacerlo.

Entonces el babuino tuvo una idea brillante:"León ¿puedes rugir tan fuerte como puedas?"El león asintió con la cabeza y rugió tan fuerte que la roca se resquebrajó en mil pedazos permitiendo así que la pequeña tortuga pudiera salir ilesa.

La tortuga agradecida les dijo: "Muchas gracias por salvarme la vida. Ahora debo irme".

Pero los tres amigos sabían que ella todavía estaba perdida igual que ellos y decidieron preguntarle si conocía el camino hacia la ciudad de cristal. La tortuga les explicó que ella no lo sabía, pero que había escuchado a un búho decir que la ciudad estaba al otro lado del desierto.

Así que los tres amigos continuaron su camino hacia la ciudad de cristal guiados por el búho y gracias a su valentía, ingenio y trabajo en equipo lograron llegar a su destino. Al llegar descubrieron que la ciudad era hermosa y llena de oportunidades.

Pero lo más importante fue darse cuenta de que juntos podían superar cualquier obstáculo, sin importar cuán diferentes fueran. Aprendieron además, la importancia de ayudar al prójimo y trabajar en equipo.

Desde ese día, los tres amigos se convirtieron en los héroes del desierto y vivieron muchas aventuras más juntos mientras enseñaban a otros animales el valor de la amistad y el trabajo en equipo.

Y así termina nuestra historia, recordando siempre que aunque seamos diferentes como nuestro lobo mudo, león sordo o babuino no significa que debemos ser menos valiosos o incapaces. ¡Todos somos importantes!

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