El viaje a la luna de Lila
Era una mañana radiante cuando Lila, una niña curiosa y soñadora, decidió que quería visitar la luna. Siempre miraba las estrellas desde su ventana y se preguntaba cómo sería estar allí. Lila salió de su casa, con una mochila cargada de galletas, un cuaderno y un lápiz.
"¡Hoy es el día!" - exclamó Lila mientras cerraba la puerta detrás de ella.
Lila caminó hacia el campo, donde había un gran globo aerostático esperando. Era un globo de colores brillantes, que parecía sonreír al ver a la niña.
"Hola, pequeño viajero" - dijo el globo. "¿A dónde te dirigís hoy?"
"¡A la luna!" - respondió Lila con entusiasmo.
"¡Eso suena increíble! Pero necesito un poco de ayuda, ¿quieres subir conmigo?" - invitó el globo.
Sin dudarlo, Lila subió y el globo comenzó a elevarse suavemente por el aire. Las nubes pasaban cerca de ellos y Lila sentía que el sueño de su vida estaba a punto de hacerse realidad. Pero, al llegar a una altura considerable, el viento empezó a soplar con fuerza y el globo se desvió de su curso.
"¡Oh no!" - exclamó Lila mientras miraba cómo el paisaje se alejaba. "¡No voy a alcanzar la luna!"
"No te preocupes, pequeña. A veces, los caminos no son rectos. Permíteme llevarte a un lugar mágico mientras encontramos una solución" - dijo el globo.
Así, el globo llevó a Lila a un bosque encantado. Al aterrizar, se encontraron con una anciana sabia que estaba sentada bajo un enorme árbol.
"¡Hola, viajera! He oído tus deseos. ¿Qué estás buscando en la luna?" - preguntó la anciana.
"Quiero ver el mundo desde allá arriba y descubrir si realmente es tan hermoso como lo imagino" - contestó Lila.
"Cada lugar tiene su belleza, querida. A veces, lo que buscamos tan lejos está más cerca de lo que pensamos. ¡Explora este bosque!" - dijo la anciana, moviendo su mano hacia los árboles.
Lila, intrigada, se adentró en el bosque. Cada paso era una nueva aventura: vio flores de colores brillantes que nunca había visto, pájaros cantando dulces melodías y mariposas que danzaban en el aire.
"¡Esto es maravilloso!" - gritó Lila. "¡No necesito ir a la luna para ver cosas hermosas!"
Después de explorar el bosque, Lila encontró una colina alta. Sentada en la cima, comenzó a dibujar todo lo que había visto.
"Mirá, globo. Puedo ver todo el valle desde aquí", dijo Lila mientras hacía un esbozo de las maravillas que había encontrado.
"¡Esa es una perspectiva única! Algunas veces, lo mejor de un viaje es el camino que recorres y lo que descubres en él" - respondió el globo.
Cuando el sol comenzó a ponerse, Lila se sintió llena de alegría. No había llegado a la luna, pero había aprendido que el mundo tenía alegría y belleza en cada rincón. El globo la llevó de regreso a su hogar y, al aterrizar, Lila se giró hacia él.
"Gracias por mostrarme lo especial que es todo esto. No necesito ir a la luna cuando tengo tantas maravillas aquí mismo" - dijo Lila, sonriendo.
"Y recuerda, nunca dejes de soñar. Los sueños pueden llevarte a lugares sorprendentes, ¡incluso a la luna!" - contestó el globo antes de elevarse una vez más hacia el cielo.
Desde entonces, Lila miraba la luna todas las noches, sabiendo que, aunque no la había visitado, su corazón estaba lleno de aventuras y sueños por venir. Y así, cada vez que alguien la preguntaba sobre la luna, Lila sonreía y decía:
"¡La luna es hermosa, pero el mundo es aún más!"
FIN.