El viaje a Marte del pequeño explorador



Había una vez un niño llamado Tomi, que siempre soñaba con viajar al espacio. Un día, su sueño se hizo realidad cuando construyó una nave espacial con cartón y tubos de papel. Con la ayuda de su imaginación, despegó rumbo a Marte. Al aterrizar, Tomi salió de su nave y se sorprendió al descubrir que Marte no estaba desierto, sino habitado por una civilización de seres humanos marcianos.

Los marcianos eran amables y curiosos. Se acercaron a Tomi para darle la bienvenida. -

¡Hola, pequeño visitante de la Tierra! ¿Cómo te llamas? -preguntó una marciana con grandes ojos brillantes.

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¡Soy Tomi, y vengo desde la Tierra! ¿Ustedes también son humanos? -respondió Tomi con asombro.

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¡Así es! Hace mucho tiempo, nuestros ancestros dejaron la Tierra en busca de un nuevo hogar, y encontraron Marte. Desde entonces, hemos construido una próspera civilización aquí. Te invitamos a conocer nuestro mundo y aprender de nosotros, Tomi -explicó el marciano mientras guiaba a Tomi por la ciudad marciana.

Tomi conoció la fascinante cultura marciana, sus tecnologías avanzadas y su respeto por el medio ambiente. Aprendió cómo cultivaban sus alimentos en invernaderos especiales y cómo reciclaban todos sus residuos para cuidar su planeta. Tomi se maravilló con cada descubrimiento y pronto se dio cuenta de la importancia de cuidar la Tierra, su hogar.

Después de un tiempo maravilloso en Marte, Tomi sintió la nostalgia de su hogar en la Tierra. Los marcianos le regalaron una planta especial que solo crecía en Marte, para que la plantara en la Tierra como símbolo de amistad entre ambos mundos. Con el corazón rebosante de gratitud, Tomi regresó a su planeta.

Desde ese día, Tomi contó a todos sobre su increíble viaje a Marte y lo que aprendió de los marcianos. Compartió su experiencia con otros niños, inspirándolos a cuidar la Tierra y a cultivar la amistad con seres de otros mundos. Y así, el pequeño explorador se convirtió en un mensajero de paz y conservación en ambos planetas, uniendo a la Tierra y a Marte en un lazo indestructible de hermandad.

FIN.

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