El Viaje al Bosque Mágico



Era un cálido día de primavera en el pueblo de Valle Verde. Lucas, un niño curioso de diez años, y su hermana Valentina, que siempre tenía muchas preguntas, decidieron invitar a su amiga Sofía, una apasionada defensora del medio ambiente. Con sus mochilas listas y una botella de agua cada uno, partieron rumbo al bosque cercano, que solía ser su lugar favorito de juegos.

Mientras caminaban, Valentina miraba a su alrededor con asombro.

"¿Por qué hay tanta basura en el camino?" - preguntó, viendo un trozo de plástico tirado a un costado.

"No sé, Valen. Eso se ve horrible. ¡El bosque debería ser un lugar limpio y hermoso!" - respondió Lucas, mientras pateaba el plástico lejos de ellos.

"Sí, pero también es nuestro deber cuidarlo. ¡Deberíamos hacer algo!" - exclamó Sofía con entusiasmo.

Al llegar al bosque mágico, se sintieron como si hubieran entrado en un mundo diferente. Los árboles eran altísimos, y la luz del sol bailaba con las hojas. De repente, Sofía se detuvo y dijo:

"Miren, ¿ven cómo los pájaros se están alejando de esa parte del bosque? Algo no está bien ahí."

"Tienes razón. Debe ser la basura, ¡hay un olor desagradable!" - señaló Lucas preocupado.

"Vamos a investigar!" - sugirió Valentina, con una chispa de determinación en sus ojos.

Los tres amigos se acercaron a la zona contaminada y se dieron cuenta de que había un montón de desechos, latas, plásticos y papeles.

"¡Es horrible!" - exclamó Valentina.

"Esto le hace daño a los animales del bosque. ¿No saben que los pueden confundir con comida?" - agregó Sofía, mientras empezó a recoger un poco de basura con ambas manos.

"¡Ayudemos!" - gritó Lucas, y empezaron a trabajar juntos, llenando su mochila con todo lo que encontraban.

Mientras limpiaban, descubrieron un pequeño zorro atrapado entre unos escombros.

"¡Pobrecito! Necesitamos ayudarlo!" - dijo Valentina angustiada.

"No podemos dejarlo aquí. ¡Lucas, dame una mano!" - pidió Sofía, mientras intentaba liberar al pequeño animal.

Lucas se acercó cuidadosamente y, con mucha delicadeza, empezó a quitar las latas de alrededor del zorro.

"Cuidado, es muy asustadizo, no se mueve mucho." - dijo Lucas con voz suave.

Finalmente, lograron liberar al zorro, que miró a sus salvadores y luego desapareció corriendo entre los árboles.

"¡Lo logramos!" - gritaron al unísono, llenos de alegría.

"¡Esto es solo una parte de lo que podemos hacer!" - dijo Sofía emocionada.

"Sí, tenemos que contárselo a todos en el colegio. ¡Juntos podemos hacer una gran diferencia!" - añadió Valentina.

Al terminar de limpiar el área, se sentaron sobre un tronco y miraron a su alrededor. El bosque, que antes estaba sucio, ahora lucía más bonito.

"¿Vieron cómo mejoró? Cada pequeño cambio cuenta. Imaginemos lo que podemos hacer si más niños se suman a nuestra causa." - dijo Sofía, con una sonrisa llena de esperanza.

"Sí, estamos ayudando a nuestro bosque y a los animales. ¡Es como una aventura!" - exclamó Lucas con entusiasmo.

"¡Debemos hacer una campaña en la escuela!" - sugirió Valentina, llena de ideas.

Así, los tres amigos decidieron llevar su misión más allá del bosque. Comenzaron a recolectar información sobre el medio ambiente, a hacer carteles y a hablar con sus compañeros.

"Haremos una reunión en el aula. Cada uno puede traer algo que aprendió sobre cómo cuidar el planeta." - propuso Sofía.

"Y podemos organizar una salida para limpiar el parque del pueblo también!" - agregó Lucas.

"¡Sí, sí! Vamos a inspirar a todos!" - exclamó Valentina, llena de energía.

Y así, en la siguiente semana, se llenaron de colegas que se unieron a su causa. Los niños de Valle Verde empezaron a cuidar el bosque y a hacer todo lo posible por reducir la contaminación. Recordaron a cada paso que el cuidado del medio ambiente era tarea de todos.

Al final del año, su esfuerzo fue reconocido en todo el pueblo, y el bosque mágico floreció como nunca, recibiendo el cariño de quienes aprendieron a cuidarlo.

"Esto fue solo el comienzo, nuestro bosque necesita de nosotros siempre." - concluyó Sofía, llena de sueños por un futuro más verde.

Y así, los tres amigos continuaron siendo los guardianes del bosque, demostrando que con determinación, amor y trabajo en equipo, podían hacer un gran cambio, un pequeño paso a la vez. El fin.

FIN.

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