El Viaje al Claro de la Luna



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Era una noche muy bonita en el bosque, Lolo, Pipi y Mimi caminaban entre las hojas. “¡Vamos al Claro de la Luna! ” dijo Pipi, saltando de alegría, “¡Miren cómo brillan las estrellas, qué bonito está esta noche fría! ”

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Caminaban y caminaban, pero de repente, ¡se pararon! Una sombra extraña apareció entre los árboles. “¿Qué es eso? ” preguntó Mimi, con un pequeño temblor en su voz.

“¡No lo sé, pero hay que ver! ” dijo Lolo, curioso como siempre.

Con mucha valentía, los tres amigos se acercaron lentamente. Era un gran búho de plumas grises. “¿Qué hacen aquí en la noche, pequeños? ” preguntó con voz profunda.

“¡Vamos al Claro de la Luna! ” exclamó Pipi, sin asustarse.

El búho sonrió. “Ese lugar es mágico, pero para llegar, deben resolver un acertijo. ¿Están listos? ”

“¡Sí! ” respondieron al unísono los tres amigos.

“Escuchen atentamente: yo soy algo que todos hablan, pero nadie ve. ¿Qué soy? ”

“¡Un secreto! ” gritaron Pipi y Mimi al mismo tiempo.

“Incorrecto,” dijo el búho, “inténtelo de nuevo.”

“¡Un sueño! ” dijo Lolo, recordando a su abuela que le contó historias de la noche.

“Muy bien, han pasado la primera prueba,” dijo el búho, y sus alas brillaron. “Ahora, sigan su camino, pero cuiden a la naturaleza. Cada paso cuenta.”

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Los amigos continuaron su paseo, hablando sobre lo que habían aprendido del acertijo.

“Tenés razón, Lolo. Nunca pensé que un sueño pudiera ser tan importante,” dijo Mimi.

“¡Sí! Y cuidar de la naturaleza es fundamental. ¡Vamos a recoger hojas y flores mientras caminamos! ” sugirió Pipi.

Así lo hicieron, mientras continuaron hacia el Claro de la Luna. Al llegar, se encontraron con un lago que reflejaba la luz de la luna.

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“¡Es hermoso! ” exclamó Mimi, mientras tiraba algunas flores en el agua.

“¿Se imaginan lo que pasaría si no cuidamos de todo esto? ” preguntó Lolo.

“Podría ser un lugar triste y sin vida,” respondió Pipi.

“Así que debemos contarles a todos sobre nuestra aventura, ¡y que cuiden el bosque! ” dijo Mimi con entusiasmo.

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Al regresar, decidieron hacer un cartel en la entrada del bosque que dijera: “¡Cuidemos nuestro hogar, el bosque es mágico! ”

Entonces, Pipi, Lolo y Mimi se hicieron amigos del búho y cada noche se sentaban a escucharlo contar historias sobre la importancia de la naturaleza.

“Siempre recuerden,” decía el búho, “las pequeñas acciones pueden hacer una gran diferencia.”

Y así, los tres amigos del bosque aprendieron a cuidar su entorno y compartieron sus enseñanzas con todos los animales.

Desde aquella noche mágica en el Claro de la Luna, la amistad y el respeto por la naturaleza se convirtieron en su lema.

Y cada vez que miraban las estrellas, recordaban que todos tenemos un papel importante en cuidar el mundo que nos rodea.

FIN.

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