El viaje colaborativo de André


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado André. Desde muy chico, André demostraba ser muy maduro y estudioso, siempre con la nariz metida en los libros y sacando las mejores notas en la escuela.

Pero tenía un problema: su carácter especial lo llevaba a renegar cuando le pedían ayuda en casa o cuando su madre le exigía estudiar más.

Un día, después de una larga jornada de trabajo, la mamá de André llegó a casa agotada y encontró todo desordenado. "¡André! ¡Te dije que ordenaras tu habitación!", gritó con cansancio.

André, molesto por haber sido interrumpido mientras jugaba con sus juguetes, respondió con mal humor: "-¡Ya voy, déjame en paz!". La mamá de André suspiró profundamente y decidió sentarse junto a él.

Con ternura en su voz, le dijo: "-Hijo, entiendo que estás cansado de estudiar y ayudar en casa, pero es importante colaborar para mantener nuestro hogar limpio y ordenado". André bajó la mirada avergonzado; sabía que había actuado mal. Esa noche, mientras todos dormían, algo mágico sucedió.

Un hada madrina visitó a André en sueños y lo llevó a un viaje extraordinario por tierras encantadas. En cada lugar que visitaban, el hada le mostraba cómo los niños trabajaban juntos para cuidar el mundo que los rodeaba. Al despertar al día siguiente, André sintió una profunda conexión con lo vivido en sus sueños.

Se levantó decidido a cambiar su actitud y ser más colaborador en casa. Comenzó por ordenar su habitación sin que nadie se lo pidiera e incluso ayudaba a preparar la cena.

Su madre notó el cambio inmediatamente y se acercó a él con una sonrisa cálida: "-André, estoy muy orgullosa de ver cómo has mejorado tu actitud. Gracias por ser tan amoroso". Los ojos de André brillaron de felicidad al escuchar esas palabras.

Desde aquel día, André se convirtió en un ejemplo de bondad y cooperación para todos los niños del pueblo. Aprendió que trabajar juntos no solo hacía las tareas más fáciles sino que también fortalecía los lazos familiares.

Y así fue como el niño maduro y estudioso descubrió que el verdadero valor radica no solo en el conocimiento adquirido sino también en la forma en que tratamos a los demás y cuidamos nuestro entorno.

Y colorín colorado este cuento ha terminado con un gran aprendizaje para Andre y todos aquellos que lo rodean.

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